Era apenas una nena (12 años) cuando desató polémica con la película Pretty Baby, donde interpretaba a una precoz prostituta. Luego volvió a ser foco de atención, cuando junto a Christopher Atkins protagonizó La laguna azul, aquel film sobre dos adolescentes en una isla, cinta que la catapultó al firmamento especialmente por su belleza. Desde entonces, Brooke Shields supo mantenerse en el tapete y sacarle el jugo a su breve etapa cinematográfica; pero también a su rostro y a su físico, que a los 54 años llaman más la atención que cuando era una jovencita; al menos así lo ha manifestado la propia actriz y modelo. "Desde que cumplí 50 años ha habido más enfoque en mi cuerpo que nunca!’, dijo en una entrevista. La verdad -y para muestra bastan las fotos que ella misma postea en sus redes, entrenando por ejemplo- es que Brooke atravesó el medio siglo como pocas. Claro que para eso, no hay milagros: practica spinning y yoga, no toma alcohol, no come pan ni pastas; y como si fuera poco, asoció su imagen a una empresa de cuidado corporal. Pero la hermosa Shields, que asume íntegramente su madurez, asegura que el tema no es solo el envase, sino el interior. "Afortunadamente, muchos más tipos de cuerpos son aceptados en estos días’ se gratifica la mujer nacida en Manhattan, para quien la clave es sentirse bien para verse bien; y verse bien como reflejo de cuidar la salud. 

Looks

Sí a los cambios, parece decir Brooke. Sin embargo, si bien se ha animado a distintos peinados (desde rulos disco al engominado) aún prefiere llevar su cabello largo.