En el contexto de una trayectoria brillante, salvo dos lesiones graves, la jornada más fatídica de Martín Palermo fue hace 21 años cuando falló tres penales en un partido de Argentina con Colombia en Luque, Paraguay.
Fue el domingo 4 de julio de 1999 en un partido válido por el Grupo C de la Copa América que al cabo ganaría Brasil en la final con Uruguay.
Eran los primeros tiempos del ciclo de Marcelo Bielsa, iniciado en febrero ante Venezuela, en un marco donde Palermo representaba uno de los seis jugadores del venturoso Boca de Carlos Bianchi que el entrenador rosarino había llevado a Paraguay.
Los otros cinco eran Hugo Ibarra, Walter Samuel, Diego Cagna, Juan Román Riquelme y Guillermo Barros Schelotto.
En realidad había empezado de la mejor manera el debut del “Titán” con la camiseta argentina en una competencia oficial, con dos de los tres goles anotados por el equipo contra Ecuador.
Sin embargo, aquella noche de hace 21 años en el estadio Feliciano Cáceres de Luque, todo lo que podía salir mal, salió peor.
El primer penal Palermo lo desaprovechó a los 5 minutos de iniciado el juego con un remate en el travesaño, a los 31 de la segunda etapa directamente fue a la tribuna y en tiempo de descuento cobró una tercera pena máxima y fue atajado por Miguel Calero.
El dato curioso adicional de esa aplastante derrota de 3-0 sufrida por Argentina reside en que de los cinco penales sancionados por el árbitro paraguayo Ubaldo Aquino sólo terminó en la red el de Iván Ramiro Córdoba en el arco de Germán Burgos. El segundo ejecutado por Colombia se lo contuvo el “Mono” Burgos a Hamilton Ricard.
En el tristemente célebre partido de marras, la Selección Nacional formó con Germán Burgos, Nelson Vivas, Roberto Ayala, Walter Samuel, Juan Pablo Sorin, Javier Zanetti, Diego Simeone, Juan Román Riquelme, Guillermo Barros Schelotto, Martín Palermo y Cristian González. En el segundo tiempo ingresaron Diego Cagna, Hugo Ibarra y Andrés Guglielminpietro.
Tres días después, Palermo tuvo desquite por cuanto hizo uno de los dos goles del triunfo a expensas de Uruguay, aunque en sentido estricto debió de esperar una década para sus momentos de gloria en la Selección.
El gol a Perú en el Monumental el 10 de octubre de 2009, decisivo para la clasificación a Sudafrica 2010, y el señalado a Grecia en el Mundial mismo, dieron lustre a sus aceptables números con la Selección: 15 partidos y 9 anotaciones.