La furiosa necesidad de llenar lo más rápido posible los casilleros de los ministerios que debían renovarse a medida de Cristina de Kirchner, y conservar un mínimo capital político, obligó al Presidente a una improvisación de película que fue leída por propios y extraños como un papelón internacional.

El protagonista del daño colateral del cambio de Gabinete fue el canciller Felipe Solá que se enteró que dejaba de ser ministro de Relaciones Exteriores mientras viajaba a México a la Cumbre de la Celac en reemplazo de Alberto Fernández, que por la crisis interna en el Gobierno, decidió no viajar.

Pero eso no fue el colmo. Quien le avisó que dejaba el Gabinete fue el ya removido jefe de ministros, Santiago Cafiero, el hombre que a partir del lunes ocupará su lugar ya que Alberto tomó una decisión salomónica: resolvió bajar a Cafiero de la Jefatura de Gabinete como pidió Cristina pero no lo sacó del Gobierno y lo compensó con la Cancillería, un movimiento que implicó sacrificar a Solá.

Solá se enteró de que no era más canciller en una de las varias escalas que el pequeño avión de la Fuerza Aérea Argentina que lo trasladaba debió hacer para llegar a destino.

Según pudieron reconstruir los diarios nacionales Cafiero llamó a Solá y le transmitió lo decidido. "Necesito tu renuncia?, disparó el emisario. Soprendidísimo, Solá atinó a decir: ¿Qué? ¿Mi renuncia? ¿Por qué? Vos sabés, Felipe, que aquí se están produciendo cambios, continuó Cafiero.

"Esperaba que el Presidente hubiera tenido la deferencia de pedírmela en persona y darme las razones. Estoy ahora en una misión internacional encargada por él", contraatacó Sola y en ese instante hizo la pregunta clave ¿Santiago, sabés quién me va a reemplazar? Allí hubo unos segundos de un incómodo silencio hasta que Cafiero respondió: "Yo". Ahí terminó la llamada.

El paso siguiente del desplazado canciller fue presentar su renuncia vía mail al tocar tierra en México.

El saliente jefe de la Diplomacia argentina había partido desde Buenos Aires rumbo a México con la confianza de que, en medio de la crisis desatada en el Gobierno por la derrota electoral, su función como ministro de Relaciones Exteriores continuaba y apuntaba a darle aire al Presidente para lograr la elección de la Argentina como titular del bloque regional: sin embargo, se enteró de que no estaba más al frente del Palacio San Martín cuando ya estaba la escala de su viaje, en El Salvador.

"Renunció y obviamente no fue a la Cumbre", indicaron desde el entorno de Solá al tiempo que describieron que está enojado con Alberto por su sorpresiva remoción y que no culpa por ello a la vicepresidente Cristina de Kirchner, quien destapó el reclamo de hacer cambios en el Gabinete.

Sabiendo que ya no era canciller, Solá atravesó por la recepción oficial de la Cumbre de la CELAC, donde saludó con gesto adusto al canciller mexicano, Eduardo Ebrard, pero luego se fue a su hotel. La Argentina estuvo representada por el subsecretario de Asuntos de América latina, Juan Carlos Valle Raleigh, quien debió tomar la palabra y brindar el discurso que tenía que dar el saliente canciller.

 

A Frederic: "Te dieron la embajada de Suiza"

La ministra saliente de Seguridad, Sabina Frederic, se despidió este viernes del Gobierno a través de las redes sociales. En Twitter dijo que fue "un honor" haber sido parte del Gabinete del presidente Alberto Fernández, luego de que el jefe del Estado anunciará que será reemplazada en el cargo por Aníbal Fernández. Del mismo modo, la funcionaria saliente expresó: "Agradezco a las y los trabajadores del Ministerio de Seguridad y de las Fuerzas la oportunidad de contribuir a una seguridad federal y democrática por la cual seguiré trabajando y militando".

Sin embargo llegó el momento en el que los usuarios respondieron. "Te dieron la embajada de Suiza", bromeó un tuitero en referencia a los dichos de la exministra sobre lo "aburrido" de vivir en ese país europeo donde la inseguridad casi no existe.

Frederic será sucedida en el cargo por Aníbal Fernández, quien fue ministro de la Producción en el gobierno de transición de Eduardo Duhalde; del Interior, en el de Néstor Kirchner; y de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos y jefe de Gabinete en el primer mandato de Cristina Fernández de Kirchner.