Señor director:

Hay seres que pasan por nuestras vidas dejando un sello de luz imborrable. Es el caso de nuestra profesora del secundario, Orfilia Campillay de Pagés. Su figura de tamaño pequeño, pero de personalidad grande. De paso rápido y seguro, cuando entraba a nuestra aula, ya nos indicaba la presencia de un ser ejecutivo, capaz, con autoridad a respetar y querer a la vez. Nos dio ejemplo de responsabilidad, capacidad y justicia. Su seriedad, unida a la sonrisa picaresca, dejaba traslucir en la relación el gesto de un ser humano comprensivo. Su partida deja una gran congoja. De nuestro corazón nace un ¡gracias! Gracias Orfilia, por haber sido nuestra profesora dejando ejemplo y un halo de luz en nuestras vidas.

Beatriz Albaladejo