Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, que se desarrollarán del 23 de julio al 8 de agosto, no tendrán espectadores en los estadios, según anunció el gobierno japonés a falta de 15 días para el comienzo de la cita. Es que el avance de contagios de covid-19 obligó al país a decretar un nuevo estado de emergencia sanitario en la capital nipona del 12 de julio hasta el 22 de agosto.
"No habrá espectadores", dijo la ministra para los JJOO, Tamayo Marukawa, después de que en Tokio se contabilizaran 920 nuevos casos de coronavirus, la mayor cifra diaria desde mediados de mayo, cuando hubo 1.010. La decisión se tomó durante una reunión de los organizadores en la que estuvo el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, quien llegó ayer a Japón.
"Bajo esta política, en áreas donde las medidas de emergencia no están vigentes, las autoridades del gobierno local se reunirán y decidirán medidas específicas en consulta con los gobernadores locales en función de la situación en cada área. En caso de un cambio significativo en el estado de infección, se convocará inmediatamente una Reunión de Cinco Partes para revisar la capacidad de espectadores", aclaró el Comité Olímpico Internacional (COI).
Las entradas que ya se habían vendido serán devueltas con sus respectivos montos.
Cabe recordar que en total se esperan unos 11.000 deportistas de cerca de 200 países en los Juegos de Tokio, que fueron aplazados el año pasado a causa de la pandemia. Más allá de la restricción deportiva, esta medida no supondrá grandes modificaciones con la situación actual, al margen de un endurecimiento para los comercios. Lo que argumentaron las autoridades fue que el aumento de los contagios se debe en parte a la transmisión de la variante Delta, descubierta en la India a finales de 2020 y hasta un 60% más contagiosa.
Aunque el archipiélago japonés se vio relativamente poco afectado por la pandemia de covid-19, con unas 14.900 muertes registradas oficialmente desde principios de 2020, su programa de vacunación avanza muy lentamente.
Poco más del 15% de la población se ha vacunado por completo hasta ahora, y los expertos temen que la variante Delta pueda provocar una nueva ola que sature los hospitales de Japón.