Dos de los magistrados que juzgaban a un albañil de 25 años por violar y contagiarle una enfermedad sexual a su propia hija de 4 años, aplicaron ayer un principio básico del derecho penal: decidir a favor del imputado cuando no se alcanza a tener la contundente certeza de que cometió un delito. Por eso ayer lo absolvieron por el beneficio de la duda. El tercer integrante del tribunal, por el contrario, adhirió al planteo al pedido de pena del fiscal Eduardo Gallastegui (UFI Anivi, solicitó 14 años) y votó por declarar culpable al acusado. Cuáles magistrados votaron por absolver y quién por condenar, se sabrá en los próximos días, cuando se den a conocer los fundamentos del fallo.
El caso había sido denunciado el 4 de marzo pasado por la madre de la niña, por entonces separada del albañil porque -según su relato- había descubierto los motivos por los cuales su hija se resistía a irse con su papá o a permanecer con él.
La investigación que se abrió desde entonces -según Fiscalía- trajo como consecuencia dos pruebas claves: el informe de una médica sobre la presencia de un ‘desgarro parcial’ en los genitales de la menor y la presencia de herpes, una enfermedad de transmisión sexual.
La otra prueba importante en el argumento de Fiscalía, el abordaje psicológico de una profesional buscada por la madre de la nena y una psicóloga del Anivi.
Del testimonio de ambas profesionales, los investigadores concluyeron que la niña presentaba indicadores de abuso sexual, por su relato y por los ‘juegos sexualizados’ que practicó mientras la entrevistaron. Para el fiscal, quedó claro que la niña había sido violada por su papá.
Para el defensor Pablo Ávila, sin embargo, esas pruebas no resultaron tan convincentes como lo afirmó Fiscalía. Así, por ejemplo, cuestionó que el desgarro en los genitales se correspondiera con un ataque sexual, pues la médica admitió que esa lesión pudo tener otro origen.
Además, el herpes que presentaba la menor era también una enfermedad que había afectado a su padre, a su madre y a otros miembros de la familia.
También cuestionó la valoración de Fiscalía sobre las conclusiones de las psicólogas pues, a su juicio, la perito oficial en un primer momento no habló de indicadores de abuso sexual y sí lo hizo luego, cuando había entrevistado a la madre de la niña. Para Ávila, esa psicóloga pudo estar influenciada.
Una vez que se conozcan los fundamentos de los jueces Diego Manuel Sanz, Verónica Chicón y Celia Maldonado, el fiscal Eduardo Gallastegui podrá decidir si pide o no la revisión del fallo.