Fueron 22 largos años de abuso, prácticamente todos los días, recordaría nerviosamente pero con alivio la víctima el día que decidió cortar la traumática convivencia con su padre, al que denunció el 19 de junio de 2020. Todo comenzó con manoseos a los 7 años, pero los abusos se potenciaron con otras prácticas más graves desde los 12, cuando su mamá falleció a causa de un problema de salud. Desde los 15 tuvo que soportar violaciones y desde los 18 fue obligada a dormir con él. Para entonces la chica estaba totalmente sometida, pues él siempre le decía que era de él y no sería de nadie más. Hasta intentaba que le dijera te amo y quería que vieran juntos películas pornográficas. Negarse era toparse con su violencia. Era tanto el control que ejercía sobre ella, que cuando ingresó a una fuerza de seguridad la acompañaba hasta el trabajo, la llamaba cada 15 minutos y volvía para llevársela a su casa, porque detestaba que se juntara con hombres. Ella se acomodó a esa situación, como pudo. Buscó otro celular pero cuando su padre lo supo le dio una trompada y, ya en su casa, le destruyó los libros y el material escolar, porque estudiaba para intentar otra vida. También encaró algunos noviazgos, que se frustraron porque no podía mantenerlos a escondidas y esos muchachos se alejaban.
Era un mundo violento el que comandaba en su casa ese pensionado de 53 años. Tanto, que al mayor de sus hijos vivía castigándolo o echándolo de la casa, obligándolo a una vida en la calle donde no tardó en encontrar las drogas, el alcohol y las juntas no recomendables, esas que terminaron por costarle la vida en 2011, cuando lo mataron a golpes con un trozo de escombro.
Si el juez acepta el acuerdo de juicio abreviado, no podrá imponer un castigo mayor.
Ya no aguantaba más y así lo posteaba en sus redes sociales. Para entonces muchos sospechaban de ese pretendido cariño sobreprotector de su padre, porque ella ya tenía 29 años y porque trabajaba en una fuerza de seguridad.
Cuando dijo basta y denunció, lo pudo contar a sus compañeros de trabajo, a otro hermano y otras personas. Y las pericias psicológicas confirmaron que había sufrido más de la cuenta con ese hombre que en lugar de tomarla por mujer, debió cuidarla.
El sujeto quedó enseguida preso. Y ahora llegó a juicio en la Sala II de la Cámara Penal. Según fuentes judiciales, este lunes ratificará, ante el juez Maximiliano Blejman, que cometió abusos sexuales continuados contra su propia hija durante 22 años y que está dispuesto a cumplir una pena de 17 años de cárcel, tal como ya acordó con el fiscal Daniel Galvani a través de su defensora Viviana Belén, dijeron fuentes judiciales.
