Cuando se sentó frente a una psicóloga para contar ese dramático tramo de su vida, la profesional tomó debida nota de la vergüenza, la incomodidad, el malestar, la angustia y, principalmente, el temor de la joven a que se repitieran las violentas agresiones de ese sujeto, con el que había estado en pareja cuatro años y con el que convivió tres meses. La relación -dijo- siempre tuvo una constante: la violencia, ataques verbales, psicológicos, físicos.
Esa psicóloga también dio cuenta del retraso mental leve y la inmadurez emocional de la joven. Por eso consideró altamente creíble y libre de toda mentira su relato, en el que detalló dos episodios muy violentos luego de su separación: el ataque a pedradas y el incendio de un naylon del techo de su rancho en 25 de Mayo, la madrugada del 17 de septiembre de 2018. Esa vez -relató- forzó la puerta para entrar y, cuando lo consiguió, la siguió insultando, la golpeó, la lastimó con un cuchillo y le robó su teléfono Samsung J2, advirtiéndole que si no era de él no sería de nadie más.
El otro episodio ocurrió casi un mes después, el 14 de octubre de 2018, también a la madrugada. Esa vez, el jornalero volvió a entrar a la fuerza a la casa, la agarró de los pelos, la golpeó y la violó a su antojo a pesar de la resistencia de la joven.
Para entonces hacía rato que el juez de Paz departamental había resuelto (el 19 de septiembre de ese año) que no debía acercarse a la joven a menos de 400 metros. Según la acusación, esa decisión no había sido notificada a su agresor.
Cuando fue denunciado y cayó preso, ese sujeto, identificado como Maximiliano Eduardo Sepeda (29), negó enfáticamente haber cometido los delitos que su expareja le atribuía y hasta intentó mostrarse como una víctima de ella, según consta en el expediente.
Pero en el análisis del juez del caso pesaron más otras pruebas, como la resolución sobre la prohibición de acercamiento; el informe de la psicóloga; y el de la médica que registró algunas lesiones compatibles con la narración de la denunciante.
Esas evidencias fueron claves para que Sepeda fuera procesado con prisión preventiva. Y para que ahora admita que cometió esos delitos y se muestre dispuesto a recibir una condena.
Así lo acordó, a través de su defensor oficial Alejandro Martín García, con la fiscal Marcela Torres. Y ayer lo ratificó ante el juez de la Sala I de la Cámara Penal Juan Carlos Caballero Vidal (h), ante quien reiteró que es su intención recibir 6 años de cárcel por esos ilícitos.
Juzgado por violar a su propia hija
El próximo miércoles, el juez Raúl José Iglesias (Sala I, Cámara Penal) presidirá las audiencias del segundo juicio oral por videollamada con el acusado y la asistencia de testigos en época de cuarentena. Esta vez irá al banquillo un técnico en electrónica de 59 años, que está acusado de violar al menos 4 años a su hija cuando era menor: entre los 8 o los 9 años, y los 13, dijeron fuentes judiciales.
El hecho fue denunciado el 19 de enero del año pasado, cuando la chica (entonces de 17 años) le contó a su novio, este a su madre y esa mujer a la progenitora de la jovencita. Todo pasó durante la separación de los padres. El sujeto (no mencionado para preservar a su hija) negó ser un violador y esa será su posición durante el juicio, en el que será defendido por Nicolás Fiorentino.
Según la acusación, en esta instancia a cargo de la fiscal de Cámara Penal Marcela Torres, hay numerosas pruebas que complican al acusado.