El puma o león americano prolifera en zonas serranas, aunque también puede ser visto en valles y llanuras.

 

Por mucho tiempo he vivido en zonas rurales de San Martín y Caucete, en las inmediaciones del cerro Pie de Palo, y desde tiempos remotos se ha sabido que los pumas, también denominados "león americano", tienen la costumbre de bajar desde las serranías en determinadas épocas, aunque sin haberse establecido bien cuál es el motivo. Muchos opinan que es por falta de alimentos, que estos animales atacan los puestos de cabras y otras crianzas, pero eso no está debidamente comprobado ya que no hay pruebas de que en las montañas la fauna autóctona, de la que los pumas se alimentan, esté escaseando o haya disminuido considerablemente.

El tema es que después de vivir al pie del cerro me radiqué en el departamento Santa Lucía, en una zona mucho más poblada y no escuché nunca más quejas por la presencia de pumas, hasta que hace unos días me enteré de lo que está pasando en Pocito.

Más allá del daño que pueden provocar los pumas a los animales de los puesteros, lo que tengo en claro es que no hay que matar a esos animales ya que forman parte de la cadena ecológica que hace posible la vida animal en las sierras. Hay gente que por temor los quiere eliminar. Sostengo que hay que tomar las precauciones del caso y tratar de redirigirlos hacia su hábitat natural. Son animales que, por lo general, son esquivos a los humanos aunque no hay que confiarse si los encontramos de frente.

Hemos comprobado que su espacio de cacería es muy extenso y puede tomar una semana realizar un viaje en todo el camino alrededor de su área de acción, por eso es probable que hayan llegado hasta zonas de Pocito. También que se alimentan de una gran variedad de presas dependiendo de dónde vivan, incluyendo armadillos, liebres y ardillas. Todo esto indica por qué no hay que matarlos, ya que se estaría interrumpiendo un eslabón muy importante dentro de la cadena ecológica.
 
Leopoldo Quiroga
DNI 7.036.991
Puestero