"No quiero declarar en contra de él", aclaró de entrada el chico, de 17 años, cuando le preguntaron si como víctima del violento ataque que sufrió (un balazo en el muslo de su pierna izquierda) prometía decir verdad o juraba por Dios decir la verdad. "Decir la verdad", le reiteró el juez Eugenio Barbera (Sala III, Cámara Penal), precisándole los castigos previstos para el falso testimonio. Hasta el fiscal José Eduardo Mallea le preguntó más de una vez si tenía miedo al acusado o su entorno, pero el menor negó temerle y, de paso, intentó pasar en limpio su actitud. Dijo que conocía desde chico y había sido amigo del detenido Exequiel Mauricio Yañez (21 años, alias "Tete"). "No quiero que esté más preso", insistió el menor, pero igual ratificó su versión de que la madrugada del 11 de septiembre de 2017, cuando salió de una fiesta familiar y volvía a su casa con una hermana y una cuñada por calle Cipolletti cerca de callejón Chatart, en Chimbas, el "Tete" con otro menor apodado "Porteño" o "Preventiva" los interceptaron en moto, a él le exigieron las zapatillas y Yañez lo baleó por negarse a dar su calzado. "El Tete le quitó el arma al otro y me disparó", repitió.
Ese relato más otras pruebas, como las versiones contradictorias del acusado, fueron para el fiscal más que suficientes para pedir 6 años y 4 meses de cárcel para Yañez, por tentativa de robo agravado por el uso de un arma de fuego y la portación ilegal de esa arma.
El defensor Faustino Gélvez pidió la absolución de su cliente en el supuesto robo o en todo caso, la pena mínima por abuso de arma y portación ilegal.
Los protagonistas del particular caso forman parte también de una trama más compleja: una disputa entre grupos rivales de los barrios Favaloro y Arenales, Chimbas, y un problema de polleras, porque quien era entonces la novia del imputado, Yamila Toledo, había tenido una relación con un hermano del chico que lo acusa de balearlo.
El mismo acusado reconoció la existencia de los violentos cruces entre jóvenes de ambos barrios y también una pelea con el hermano de su denunciante, por su ahora ex. Es más, dio a entender que por ese problema la madre del "Pato" y otro de sus hijos lo atacaron a tiros en tres ocasiones, aunque nunca denunció.
De paso, intentó desligarse. En la investigación negó ser autor del disparo al menor porque a la hora de ese hecho -dijo- él estaba en una fiesta, pero se contradijo y buscó sembrar su versión de que quizá todo pudo pasar a la salida de otra fiesta en la que estuvo y se pelearon grupos de los barrios enfrentados.