
Uno de los emblemáticos actores del teatro, la televisión y el cine nacional, Federico José Luppi Malacalza de 81 años de edad, falleció ayer en Buenos Aires debido a las complicaciones causadas por un accidente doméstico en abril pasado. Su carrera artística es tan vasta que no alcanza el espacio en esta página para condensar tantos años de trayectoria profesional. Su grito cinematográfico más popular y -que cobra más vigencia que nunca en este tiempo de bicicletas financieras-, fue cuando le puso voz a Carlos Bonifatti, aquél porteño frustrado preso de las circunstancias en Plata Dulce: ‘Arteche y la pu… madre que te parió’, considerado como uno de los films más icónicos que retrataba a la dictadura cívica-militar de 1976.
También quedó en la retina, su brillante rol protagónico como Facón Grande, el obrero rural de La Patagonia Rebelde. La lista extensa de más de 80 películas sigue con El romance del Aniceto y la Francisca, de Leonardo Favio. Crónica de una señora, Las venganzas de Beto Sánchez, Yo maté a Facundo (allí fue Santos Pérez, el asesino del caudillo riojano), Sol de otoño, El arreglo, Caballos Salvajes, El último tren, Tiempo de Revancha y No habrá más penas y olvido, de su amigo Osvaldo Soriano.
Fue el niño mimado de Guillermo del Toro y se consagró en el cine español con El laberinto del fauno y Cronos. En televisión pisó fuerte también con dos éxitos testimoniales de época: Cosa juzgada en los años 60 y Hombres de ley en los 80. Sus últimos trabajos fueron Magallanes, Puertas de hierro y la reciente Nieve Negra, junto a Ricardo Darín. Mantuvo fuertes peleas, sobre todo con Mirtha Legrand: ‘No sé qué me irrita más de Mirtha, si su profunda y extensa ignorancia o el estado totalmente reaccionario de su alma. Un alma pobre’. Sin embargo, en su vida privada, el actor fue acusado por golpear a su pareja Haydeé Padilla y tuvo problemas legales con segunda esposa, Brenda Accinelli al no dar la pensión a su tercer hijo (Leonardo) no reconocido. Por estos puntos oscuros, hay un sector del espectáculo que nunca se lo perdonará. Al final de todo, Luppi había dicho en su última entrevista que: ‘No le temo a la muerte; me da lástima dejar la vida’.
