Antes de las 7 de este lunes, la fila de personas que intentan inscribirse para conseguir el Refuerzo Alimentario de Anses en la sede central de calle Tucumán, comenzó a crecer incesantemente. Entre las personas que asistieron al lugar, se vio gente de todas las edades que no tiene trabajo registrado. Y la mayoría de ellos coincidían en que viven de changas desde hace años o no consiguen un empleo por su edad.
“Yo me dedico a la construcción y en general trabajo en negro. Además, ahora es muy poco lo que se consigue. He trabajado en blanco algunas veces, pero te contratan por unos meses y cuando termina la obra te dan de baja y te quedás otra vez en la calle. Tampoco he podido acceder a un plan”, contó Federico Díaz, quien tiene 29 años y una hija, aunque no convive con ella.
Y agregó: “Yo vivo con mi mamá y tengo que ayudarla. Pero cada vez es más difícil. El problema de trabajar en negro es que te pagan lo que quieren, normalmente la mitad. Y además, te quedás sin trabajo en cualquier momento. Yo no terminé la Secundaria, no pude. Pero me puedo defender en la construcción porque aprendí mirando. Eso es lo que tengo de bueno, si me enseñás algo lo aprendo rápido, me gusta aprender, pero no tengo muchas oportunidades. Si me dan esta ayuda sería mucho para mí”.
Poco más atrás en la fila se encontraba Cristian Godoy, de 29 años, acompañado por su pareja, Lorena Oliva de 26. “Ella tiene un plan, pero yo no. Vivimos en Rawson, en la casa de mi mamá con los tres hijos de ella -de entre 3 y 8 años-. Y la verdad, cada vez se hace más difícil”, comentó Cristian.
Al tiempo que contó: “Nosotros somos vendedores ambulantes. Estamos las 24 horas del día en la calle y vendemos de todo: bolsas, repasadores, agujas e hilos, cualquier cosa que nos permita comprar comida. Pero ya casi no se vende nada”.
Para finalizar, confió: “Por ahí dejo de vender una mañana y me voy a dejar currículums, pero es difícil porque no tenemos ni un teléfono al que puedan llamarnos”.
Como ellos, Rosa Espíndola, de 60 años, y su hija de 23, están desocupadas. Ellas viven en Capital juntas y se les hace difícil el día a día. “Yo tuve cuatro hijos y trabajé toda la vida haciendo ropa, por eso nunca tuve trabajo en blanco. Y ahora se me hace muy difícil, porque ya me cuesta mucho trabajar, pero todavía no me sale la jubilación. Así que estoy esperando”, reveló Rosa.
Su hija, a su vez, contó que, “trabajaba en una heladería, pero me quedé sin trabajo. Ahora cuido niños y estoy estudiando Enfermería. Esta ayuda nos vendría muy bien”.
En una situación similar a la de Rosa están Analía, quien tiene 49 años y vive en Rawson; e Isa, de 50 años que vive en Santa Lucía. Ellas se conocieron en la fila para inscribirse para el beneficio y coincidieron al contar que, han trabajado gran parte de su vida como empleadas domésticas y ahora, por su edad y la situación económica, les cuesta mucho conseguir empleo.
“Cuesta mucho encontrar trabajo a esta edad, porque la gente ya te ve grande y piensa que no podés hacer las cosas o teme que te puedas enfermar. Pero al mismo tiempo nos quedan muchos años para cobrar la jubilación”, reflexionó sobre la situación de ambas Analía.
Los detalles del beneficio
La inscripción del Refuerzo Alimentario de Anses para adultos sin ingresos de $45.000, que se pagará en dos cuotas de $22.500 en noviembre y diciembre, comenzó este lunes. La inscripción es personal y puede realizarse sin turno desde en las oficinas del organismo. También puede hacerse de forma online a través de www.anses.gob.ar (hacer click aquí).
El pago de la primera cuota será el lunes 14 de noviembre por terminación de documento.
Los requisitos para acceder al Refuerzo son:
-Tener entre 18 y 64 años.
-No poseer trabajo registrado ni ingresos de ningún tipo.
-No ser titular de ninguna prestación, como jubilación, pensión, Asignación Universal por Hijo, Asignación por Embarazo, Asignaciones Familiares, Progresar, Desempleo, Potenciar Trabajo, entre otras; y no contar con Obra Social o Prepaga.