La Organización Mundial de la Salud (OMS) llamó este lunes a “no bajar los brazos en la lucha contra un coronavirus que estrecha cada vez más el cerco en Europa, pone a la economía contra las cuerdas, desata protestas e incluso se politiza”.

“No podemos bajar los brazos, no podemos bajar los brazos”, machacó el director general de la OMS, Adhanom Ghebreyesus, en una rueda de prensa. “Cuando los dirigentes actúan rápidamente, el virus puede ser frenado”, dijo y advirtió que “es peligroso renunciar a controlar”.

El martes, la OMS dijo que las muertes diarias por COVID en Europa habían aumentado en casi un 40 por ciento en una semana. La doctora Margaret Harris de la organización advirtió que Francia, España, el Reino Unido, los Países Bajos y Rusia habían experimentado algunos de los aumentos más significativos.

La pandemia deja al menos 1,15 millones de muertos y más de 43 millones de casos en el mundo desde que se detectó en China en diciembre, según un balance de la AFP en base a fuentes oficiales.

Las declaraciones de Ghebreyesus se producen en momentos en que Italia estrena medidas impopulares para enfrentar la segunda ola de contagios, que incluye el cierre de restaurantes y bares desde las 18 horas y el cierre total de teatros, cines y gimnasios durante un mes. Ello significa un duro golpe para sectores ya muy afectados por el estricto confinamiento de la pasada primavera boreal. Para sus detractores es una “declaración de fracaso” del gobierno, mientras los científicos se preguntan si bastará para contener al virus.

La situación es “crítica” en Francia, dijo Jean-François Delfraissy, presidente del consejo científico que asesora al gobierno de Emmanuel Macron. “Habíamos previsto que habría esta segunda ola, pero nosotros mismos estamos sorprendidos por (su) brutalidad”, dijo en una entrevista radial, tras registrarse un récord de 52.000 contagios en 24 horas. “Muchos de nuestros conciudadanos aún no han tomado conciencia de lo que nos espera”. Macron se dirigirá a la nación el miércoles por la noche.

En quince días, más de 33.000 nuevos casos positivos se confirmaron nuevamente el martes en Francia, menos que la marca de 50.000 diarios alcanzada el domingo pasado, pero aún preocupante. Delfraissy estimó que el número real de contagios rondaría los 100.000 casos por día, lo que apuntaría a una segunda ola “más fuerte que la primera”. Concuerda Martin Hirsch, director general de Asistencia Pública – Hospitales de París (AP-HP). “Es posible que la segunda ola sea peor que la primera”, admitió el viernes pasado.

En España, el gobierno decretó el domingo un estado de alarma e impuso un toque de queda nocturno en todo el país a excepción de las islas Canarias. Las autoridades de Cataluña, en tanto, estudian decretar un confinamiento domiciliario durante los fines de semana para contener la epidemia del coronavirus.

Por otro lado, en el Reino Unido, según reportan medios locales, Downing Street está trabajando en privado bajo el supuesto de que la segunda ola de coronavirus será más mortal que la primera, basándose en una proyección proporcionada por el Grupo Asesor Científico para Emergencias (Sage). Esta organización, precisamente, advirtió que toda Inglaterra deberá estar bajo las restricciones de Nivel 3 a mediados de diciembre, lo que frustrará las esperanzas de Boris Johnson de una Navidad normal.

La doctora Yvonne Doyle, directora médica de Public Health England, dijo públicamente: "Seguimos viendo que la tendencia en las muertes aumenta, y es probable que esto continúe por algún tiempo. Cada día vemos más personas dando positivo y aumentando las admisiones hospitalarias. Estar tan gravemente enfermo por la infección como para necesitar una hospitalización puede provocar, lamentablemente, más muertes relacionadas con el COVID”.

La profesora Wendy Barclay, miembro de Sage y científica del Imperial College de Londres, afirmó ayer que ninguna de las restricciones actuales parecía tener un impacto significativo en la propagación del virus: “El bloqueo total que tuvimos a fines de marzo fue suficiente para cambiar el rumbo y volver a controlar el virus”, dijo a Times Radio. “Hasta ahora, ninguna de las otras restricciones que hemos visto, y ninguna de las otras acciones, parece haber hecho eso”.

Suecia, que se posicionó como ejemplo durante la primera etapa como un país que resistió la pandemia sin bloqueos, registró su mayor número de casos el martes, y las autoridades decidieron aplicar mayores restricciones.

Finalmente, Angela Merkel, la canciller alemana, está considerando el cierre de restaurantes y bares y mantendrá conversaciones con los líderes estatales sobre restricciones adicionales el miércoles. Con cerca de 11.000 muertos, Alemania está -como en primavera- mejor que Francia, España o Italia. Pero las nuevas infecciones alcanzaron un récord cercano a 15.000. “Debemos tomar decisiones rápidas y firmes para romper esta segunda ola de contaminación”, dijo el vicecanciller alemán Olaf Scholz.

Otros países de Europa están en una trayectoria parecida, como la República Checa, donde este miércoles entra en vigor un toque de queda nocturno.