Inconvenientes para dormir, posibles daños en el mecanismo de la visión y la dificultad de contemplar un cielo estrellado forman parte del impacto que puede generar la contaminación lumínica, un problema global que "brilla" en las ciudades aunque a veces "no nos demos cuenta", advirtieron especialistas.
En ese sentido, la doctora en astronomía Beatriz García explicó a la agencia de noticias Télam que para percibir ese fenómeno basta con salir una noche y ver el resplandor producido por nuestras ciudades en el cielo (como una nube luminosa) o transitar por la vía pública y que nuestra visibilidad esté dificultada por el efecto de la luz emitida por instalaciones de iluminación artificial (deslumbramiento). O, encontrarse con la "luz intrusa", que sucede cuando una instalación de iluminación emite luz en direcciones que exceden el área donde es necesaria, invadiendo zonas vecinas.
Así es como "existen varias definiciones de contaminación lumínica que dependen del punto de vista que se use para determinarla", sintetizó la especialista. "Desde el brillo del cielo en el momento en que debería ser oscuro (por ser de noche), haciendo desaparecer las estrellas, hasta el uso inadecuado de la luz eléctrica para el alumbrado público, incluyendo fuentes de energía deficientes y un exceso de lúmenes (la unidad de flujo luminoso)", especificó.
Asia, África y América del Sur han registrado un incremento en la iluminación nocturna artificial.
Pero iluminar de menos o de más no es la solución, sino hacerlo de forma adecuada dado que existen motivos por los que el ser humano requiere iluminación artificial: en parques para brindar seguridad o en un espacio deportivo para visualizar una pelota en el aire, citó como ejemplos a Télam el ingeniero electricista Gustavo Boggio Marzet, especialista del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI).
La clave, resumió, pasa por un "uso racional de la energía (URE) en la instalación", lo que implica "llegar a los niveles recomendados con el menor consumo energético posible". Pero "casi todas las ciudades del mundo están contaminadas por la iluminación pública: las luces que iluminan para arriba, que iluminan las fachadas, incluyendo algunas pantallas de LED son contaminantes", enumeró García.
Sin embargo, este problema no sólo impacta en la imposibilidad de "observar el cielo estrellado", sino que también se lo relaciona con dificultades para conciliar el sueño. Su vinculación es con "la producción o inhibición de la melatonina, la hormona inductora del sueño que el organismo produce en la noche" y cuya producción está controlada por la llegada a la retina de fotones (luz), explicó la astrónoma. "Si de noche tenés todo iluminado, llegan todo el tiempo fotones a la retina y no hay producción de melatonina", advirtió. A este problema se le suman posibles daños en el mecanismo de la visión: "En el caso de contaminación lumínica, donde la exposición es prolongada, incluso a horarios nocturnos, pero no de altas intensidades, principalmente se produce la muerte de los fotorreceptores (neuronas encargadas de captar la luz)", comentó a Télam Maria Ana Contín, investigadora del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet).
"La muerte de los fotorreceptores produce reacciones en cadena que llevan a la muerte de otras neuronas y células gliales que componen la retina provocando la degeneración retinal", sostuvo Contín sobre esta cuestión que se probó en modelos animales y se puede extrapolar a los humanos por la similitud entre las neuronas.
Para combatir este tipo de contaminación, García recomendó evitar mantener encendidas luces interiores y exteriores cuando no sea necesario, así como usar lámparas de bajo consumo y, en alumbrados de seguridad, de vapor de sodio de baja presión. También enfatizó en la necesidad de promover en todo nivel educativo la inserción del tema de contaminación lumínica.
Un congreso en Mendoza
La relación de la contaminación lumínica con la astronomía, la arquitectura y la seguridad serán algunos de los temas que se abordarán en mayo durante la primera edición del Congreso Internacional sobre Polución Lumínica (Cipol), un encuentro que se desarrollará en la ciudad de San Rafael, Mendoza.
Se trata de una actividad destinada a público no especialista pero que se relaciona con esta problemática, como profesionales de la medicina, abogacía, arquitectura, ingeniería, política, educación y turismo, describió a la agencia de noticias Télam Beatriz García, doctora en astronomía y una de las organizadoras del congreso. El Cipol se extenderá del 16 al 18 de mayo en el Centro de Desarrollo Regional Los Reyunos, y requiere inscripción previa.