Nunca usó un pincel ni tampoco incursionó en alguna actividad artística. Pero ayer descubrió su amor por la pintura. Fue uno de los pacientes oncológicos que pintaron el mural junto a Milo Lockett y sin descansar en ningún momento. Tras terminar su trabajo dijo que ahora también quiere pintar paisajes en todas las paredes de su habitación. Se trata de Agustín Padilla, de 11 años, y al que en enero pasado le diagnosticaron leucemia linflobástica, una de las más graves, y con un pronóstico poco alentador. Pero, hasta ahora superó el tratamiento. Hace unas semanas terminó las sesiones de quimioterapia sin que las mismas le generaran algún trastorno. Esto le permitió seguir, hasta ahora, una vida normal. "Es muy lindo pintar con estos colores. Me costó un poco al principio porque me salía del dibujo pero después lo pude hacer bien. Le voy a decir a mi mamá que me compre pinturas para pintar dibujos en mi dormitorio y por todos lados", dijo Agustín.
Agustín no sólo pintó la parte del mural que le asignaron, sino que ayudó a otros niños oncológicos a pintar la suya.
Llegó el momento de retirarse, pero Agustín no quiso dejar de pintar. Por su entusiasmo le permitieron quedarse un par de minutos más. Se puso el barbijo y continuó con su primera obra de arte.