El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta que la economía de Argentina caerá este año un 2,6%, mientras que para el próximo año proyecta que el Producto Bruto Interno (PBI) se reduzca el 1,6%.
El nuevo informe de perspectivas económicas globales dado a conocer por el organismo multilateral de crédito revela, en el caso de Argentina, un giro radical en las proyecciones económicas, ya que en el informe anterior, difundido en abril último, el FMI preveía que el PBI argentino creciera este año un 2% y se expandiera un 3,2% en 2019.
Aquel informe salió a la luz pública justo días antes de que Argentina ingresara en un período de fuerte inestabilidad financiera, con depreciación de su moneda y aceleración de la inflación, variables que han impactado de lleno en su actividad económica. En el marco de esta crisis, Argentina selló en junio pasado con el FMI un acuerdo de asistencia financiera a tres años, que fue revisado en septiembre y por el que el país podrá acceder a créditos por 57.100 millones de dólares, bajo la condición de cumplir un programa económico de fuerte ajuste fiscal.
Esta "gran revisión" a la bajada, según explicó el FMI, refleja la volatilidad en los mercados financieros, las altas tasas de interés reales y una "consolidación fiscal más rápida" en virtud de lo comprometido por Argentina en el acuerdo con el organismo. A mediano plazo, para el 2023, el FMI tiene un pronóstico más optimista, de un crecimiento del PBI del 3,2%, gracias a una "implementación constante de reformas y el retorno de la confianza".
En su nuevo informe, el FMI señala que países "débiles" en su posición externa, como Argentina, se han visto afectados en estos meses por factores como un aumento en las barreras comerciales y una reversión de los flujos de capital a economías emergentes.