La Cámara de Diputados, por unanimidad, dio ayer sanción definitiva al proyecto de "ley Justina", que dispone que todas las personas mayores de 18 años sean donantes de órganos o tejidos, salvo que en vida dejen constancia expresa de lo contrario.
El proyecto aprobado ayer, que recibió 202 votos afirmativos y ningún voto negativo, está inspirado en el caso de Justina Lo Cane, una menor de 12 años que murió en noviembre pasado en la Fundación Favaloro mientras aguardaba un trasplante de corazón. La iniciativa también había sido votada por unanimidad en el Senado.
Ese cambio en la ley es determinante porque implica que los familiares de alguien fallecido ya no serán los encargados de autorizar la donación.
"Podrá realizarse la ablación de órganos y/o tejidos a toda persona capaz mayor de 18 años que no haya dejado constancia expresa de oposición a que después de su muerte se realice la extracción de los mismos", señala el proyecto aprobado en la Cámara de Diputados.
El proyecto, que propone una reforma de la Ley de Trasplante de Órganos, fue trabajado en conjunto con el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI). La iniciativa también impondrá la obligación a los profesionales médicos de notificar al INCUCAI los tratamientos de diálisis que le realicen a un paciente, o cuando le indiquen la realización de un trasplante.
También establece que para asegurar la calidad de todo lo relativo a donación y trasplante, se deberá destinar como mínimo un 20 por ciento de los recursos del Fondo Solidario de Trasplantes a capacitación.
La ley, impulsada por el senador oficialista de Cambiemos Juan Carlos Marino, marca los derechos de los donantes y receptores a la intimidad, la integridad, la confidencialidad, la información y el trato igualitario. También establece la prioridad de traslado en forma aérea o terrestre de los pacientes que están en el medio de un operativo de donación.
En el caso de los menores, se posibilita la obtención de la autorización para la ablación por los dos padres o por aquel que se encuentre presente en el momento. Además, se van a simplificar los procesos que requieren la intervención de la Justicia.
El proyecto resalta que se podrá realizar la ablación de órganos a toda persona mayor de 18 años que no haya dejado una constancia expresa de su oposición a la donación. También se incorporará la donación renal cruzada.
En lo que respecta a los certificados de fallecimiento, se simplificarán los procesos para diagnosticar la muerte de la persona. Los médicos deberán seguir el protocolo establecido por el Ministerio de Salud de la Nación que tiene el asesoramiento del INCUCAI. Se establecerá como hora del fallecimiento el instante en que se completó el diagnóstico de la muerte.
Además, se creará un Registro de No Donantes, mediante el cual se examinará la documentación del fallecido para constatar si expresó su voluntad negativa en el Sistema Nacional de Información de Procuración y Trasplante de la República Argentina (SINTRA), según había informado la agencia de noticias Efe.
Son 7.800 los que esperan un órgano
Los trasplantes de órganos crecieron casi un 12% en 2017. En la Argentina se ha alcanzado, en el 2017 el número más alto de trasplantes ya que los registros del INCUCAI muestran que en 2016 se realizaron 1.694, en tanto que esta cifra ascendió a 1.892 el año pasado, indicó la Sociedad Argentina de Trasplantes. Sin embargo, algo más de 7.800 pacientes se encuentran en lista de espera para recibir un órgano, de los cuales 250 son niños y adolescentes. Unas 3.000 personas aguardan un trasplante de córneas, y otras tantas de tejidos.