No alcanza. Tener al mejor jugador del mundo no le alcanza a la Selección argentina. Messi estuvo siempre rodeado de rivales y no pudo desplegar todo su juego. El equipo dirigido por Sampaoli enfrentó al último de la tabla de posiciones y de local; apenas empató.

 

Más allá de cualquier fanatismo, la similitud entre esta Argentina de Jorge Sampaoli y el River que se fue al descenso en el 2011 es muy clara. Se trata de dos equipos a los que el temor los venció. Los maniató y ni siquiera contar en uno de ellos (el combinado nacional, claro) con el mejor jugador del mundo le permite soñar con transitar calmo hacia el próximo Mundial. Justo en el Monumental, donde el Millonario tuvo hace seis años su página más dolorosa, anoche la Argentina escribió una de color azabache. 

Va más allá de los fríos datos que marcan por ejemplo que hasta ayer Venezuela había perdido 20 de los 22 partidos oficiales contra Argentina; no alcanza para dimensionar el presente alarmante de este plantel el hecho que la ‘vinotinto’ está última en las Eliminatorias. 

Lo que deja atónito a todos es ver cómo esta Argentina se neutraliza a sí misma. No sabe el camino para salir de un laberinto en el que está metida desde que perdió hace dos años la final de la Copa América en Chile y la potenció el año pasado con otro tropezón contra los trasandinos en el partido por la gloria, en este caso por la Copa América Centenario en los Estados Unidos. 

Un 5/9 como ayer pero de 1993 Argentina caía 5-0 con Colombia.

Hay olor a ciclo cumplido de futbolistas que dieron mucho pero que ya no pueden-quieren más. Ángel Di María, Sergio Agüero, Javier Mascherano, Lucas Biglia, Javier Pastore son algunos ejemplos claros.

Messi hace lo que todos le piden, que se cargue el equipo en las espaldas, pero está claro que solo no puede. Anoche irritaba verlo tener que pasar a uno, dos, tres venezolanos y no tener en quién descargar. 

DIARIO DE CUYO fue testigo cómo el Monumental lo erigió como el único héroe en este infierno que ya son estas Eliminatorias.

La sensación que causa pavor es que parece que Argentina nunca llega al piso. Siempre puede ir un poco más abajo. La caída en Córdoba ante Paraguay debía marcar un antes y un después. No lo fue. Vino el triunfo penoso ante Chile 1-0 y la declaración-burla de Edgardo Bauza (“jugamos 10 puntos”) que a la larga le costó el cargo. 
Llegó Jorge Sampaoli y sus 13 colaboradores, con un contrato de cuatro millones de dólares por año y parecía que la revolución se apoderaba de la selección. Hubo charlas y selfies por todas partes del mundo, y con todas las estrellas argentinas que brillan en Europa. Pero ya pasaron dos de las cuatro finales que tenía el santafesino y Argentina, tal cual reconoció en conferencia de prensa, “está más lejos del Mundial”.

El próximo mes quedará sólo recibir a Perú (viene de ganar sus últimos tres partidos y ya pasó a la Argentina) y viajar a la altura de Quito para visitar a Ecuador, que cayó en sus últimos cuatro juegos y puede ya estar eliminado para ese cruce. Por ahora se está quinto y disputando un repechaje ante Nueva Zelanda.

Se ve difícil la situación. La sensación anoche post 1-1 ante Venezuela es que pasó un tren inmenso con destino a ‘Rusia 2018’ y los Sampaoli boys no se subieron. Por eso, ahora no queda otra que afrontar la realidad y saber que se están tuteando con el abismo.

El último Mundial al que faltó la selección argentina fue el de México 1970. Desde ahí encadenó once presentaciones seguidas en los torneos ecuménicos. Todavía hay chances, quedan seis puntos en juego.

 

Cabizbajos. El equipo albiceleste sumó sólo dos puntos en dos partidos y pese a las ilusiones, sigue en zona de repechaje.

 

UNO POR UNO

Argentina

Sergio Romero 5: sin culpa en el gol. No tuvo intervenciones trascendentes.
Javier Mascherano 5: prolijo en la salida. Quitó mucho en el fondo.
Federico Fazio 6: presencia en las dos áreas. Otro examen que aprobó.
Nicolás Otamendi 6: siempre buscó hacer la fácil. Controló bien a Rondón.
Éver Banega 5: de mayor a menor. Sólo buenas intenciones, pero sin peligrosidad.
Guido Pizarro 6: quitó bastante y entregó claro. Le faltó mayor producción de juego.
Paulo Dybala 4: otra floja actuación del cordobés. Lejos de ser el socio de Messi.
Lionel Messi 8: la única luz de esperanza en ofensiva. Sin socios, intentó siempre.
Lautaro Acosta 5: insinuó más de lo que concretó. Le faltó confianza para desbordar.
Ángel Di María: jugó menos de 30’ y no recibió calificación. 
Mauro Icardi 4: tuvo varias opciones netas para anotar y falló en lo que más sabe.
Ingresaron: M. Acuña 7: desborde y velocidad; D. Benedetto y J. Pastore: sin calificación.

Venezuela

Wuilker Faríñez 9: la figura del encuentro. Un arquero con reflejos y tremenda confianza.
Victor García 5: prolijo en la marca, sin necesidad de recurrir a las faltas.
Jhon Chancellor 6: sólido al momento del juego aéreo. Muy atento en los cruces.
Mikel Villanueva 5: algo lento al cubrir las espaldas. Mejoró en el complemento.
Sergio Córdova 5: entrega y sacrificio por doquier. Sin precisión en los pases.
Yangel Herrera 7: un tractor en el medio. Corrió a todos los volantes rivales.
Jhon Murillo 6: gran definición en su tanto. Buenos toques de primera.
Arquímedes Figuera 5: no lució, aunque fue clave en los relevos.
Junior Moreno 6: dinámica de principio a fin. Sin ninguna compañía para crear.
Rolf Feltscher 4: se pasó de vueltas en el gol en contra. Faltó de distancia.
Salomón Rondón 5: la potencia de siempre, pero ausente de velocidad.
Ingresó: J. Colina, sin calificación.