Fácil resultó para los ladrones acceder al gran predio del Chalet Aubone, por una tela sin seguridad.

Indignado, lleno de impotencia, devastado. Todas esas emociones embargaban ayer a Germán (pidió reserva de su apellido), casero y encargado del mantenimiento del histórico Chalet Aubone, en San Francisco del Monte entre Mendoza y General Acha, Capital. Y no era para menos: el domingo se ausentó con su señora y sus dos chicos para ir a una misa en la Iglesia Catedral (entre las 10,20 y las 12,15), y al volver encontró el peor cuadro que pudo imaginar: puertas destrozadas, todo revuelto. Cuando corrió a ver si aún tenía los $700.000 que juntó de una indemnización laboral y de otros ahorros, más los $50.000 de su señora, el nivel de impotencia se multiplicó: el dinero no estaba, tampoco tres televisores, una tablet, una Play Station II, vestimenta, calzados y hasta la ropa de cama habían sido parte del jugoso botín de los ladrones.

"Seguro que usaron alguna camioneta porque no imagino cómo pudieron entrar en un auto el televisor de 55 pulgadas. Lo más lamentable de todo es que se llevaron la plata que teníamos con la esperanza de comprar un lotecito y hacer una prefabricada porque no nos iba a alcanzar para más", manifestó Germán.

Todo indica que los delincuentes ingresaron sin ningún problema por una tela metálica que sólo hay que levantar en el frente del chalet, por calle San Francisco del Monte. Y que al llegar a la casa del encargado, le rompieron a patadas las puertas necesarias (la del fondo y otra que conecta el comedor con los dormitorios) para luego concentrarse en su habitación. "Ahora cualquier ruido tenemos miedo, estamos muy mal por esto", dijo.