Siete personas permanecen peligrosamente aisladas, por un océano de nieve y temperaturas de hasta 20 grados bajo cero, en un apartado sector de la desolada Línea Sur de Río Negro.
Se trata de una familia de apellido Manquín que puebla distintos sectores del paraje Cona Niyeu, en la Meseta de Somuncura, ubicada en la frontera con Chubut. Los campos de los Manquín quedan a unos 60 kilómetros de este paraje. Es un territorio desértico, helado, atacado por los vientos y que en temporada de invierno se convierte en una trampa mortal para humanos y animales que no encuentren refugio.
Por estas mismas horas se desarrolla un complejo operativo de rescate con la ayuda de un helicóptero, camiones, camionetas 4×4 y más de una veintena de especialistas.
Los funcionarios y policías de Río Negro, en conjunto con efectivos de Gendarmería Nacional y Bomberos de Sierra Grande, intentaron en varias oportunidades esta semana llegar hasta sus ranchos para rescatarlos y llevarlos a pueblos cercanos donde podrán brindarles calefacción y alimentos. Sin embargo, las ruedas de las 4×4 fueron quedando encajadas en zonas donde hay desde 50 centímetros hasta casi un metro de nieve. A esto se le suma el mal tiempo, temperaturas dignas de la Antártida y lo apartado del destino.
De todos modos, los funcionarios aclaran que los hombres y mujeres de campo están bien. Son fuertes y están acostumbrados a soportar los extremos rigores del sur, cuentan. La Línea Sur de Río Negro es un geografía de una belleza abismal que en invierno adquiere características únicas. Se han registrado temperaturas de hasta 35 grados bajo cero.
Durante la época de los temporales de viento blanco, la visibilidad es nula. Los baqueanos optan por transitar las huellas estoicos arriba de sus caballos, acompañados de sus fieles perros.