Tironeo. Todos los actores en la industria del vino están preocupados porque el panorama para esta vendimia se presenta muy incierto.

 

En un año complicado para la actividad, con caída del consumo y un sobrestock de vinos que presagia precios deprimidos, el panorama parece complicarse a medida que pasan los días. Es que a casi una semana del inicio de la cosecha para vinificar todavía no hay precio para el kilo de uva ni definiciones sobre si las bodegas adelantarán recursos para la recolección de los racimos, en una situación que fuentes del sector aseguran que es inédita.

Frente a ese panorama hay planteos cruzados entre viñateros y bodegueros y promesas de respuestas desde el Gobierno provincial, mientras en Mendoza avanzan con algunas medidas (ver aparte).

Dos de las entidades más antiguas en la provincia, la Asociación de Viñateros Independientes y la Federación de Viñateros, conducidas por Juan José Ramos y Eduardo Garcés, respectivamente, elaboraron un documento en el que le solicitan al Gobierno "medidas urgentes" frente a la crisis vitivinícola. Sucede que en las bodegas de ambas provincias hay sobrestock de vinos -se habla de unos 300 millones de litros-, un factor que pesa a las puertas de una nueva vendimia, porque con tanto producto en las vasijas los bodegueros dudan en salir a comprar uva y por eso todavía no hay precio ni se habla de plazos de pago, como se quejan los viñateros. Todo esto en un contexto de una fuerte caída del consumo en el mercado interno y de aplicación de retenciones a las exportaciones, dispuesta por el Gobierno Nacional.

Las entidades plantean que la fecha de liberación de los caldos, prevista para el 1 de junio, se traslade al 31 de agosto, para activar el mercado de vino de traslado, y disponer paralelamente un bloqueo del 10% del vino en stock para destinarlo a la exportación. También quieren que el Gobierno sanjuanino intervenga en el mercado de uva como Mendoza.

Desde el Gobierno local, el ministro de la Producción, Andrés Díaz Cano, dijo ayer que "habrá anuncios en los próximos días", aunque evitó dar precisiones. Y expresó que "hay preocupación en el Gobierno porque faltan precios para la uva y plazos de pago. Habló de especulación y de la necesidad de que "las grandes bodegas y las mosteras digan cuánto y cómo van a pagar". También mencionó que, tal como ocurrió el año pasado, está previsto firmar con Mendoza un nuevo acuerdo de diversificación para darles otros destinos a las uvas.

Desde el sector bodeguero, Angel Leotta, quien también preside la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), sostuvo que "en las bodegas no hay especulación. Lo que pasa es que las vasijas están llenas, no hay ventas de vino y nadie se quiere endeudar en esta industria que por ahora no da beneficios". Y le apuntó al Gobierno nacional por la aplicación de retenciones y la baja de reintegros a la actividad.

Desde la Cámara de Exportadores de Mosto, Fernando Morales, expresó que las mosteras están recibiendo uva, pero que todavía no hay precio. "El escenario de ventas no está claro", dijo.

 

Acciones en Mendoza

El Gobierno de Mendoza tomó en estos días dos medidas para intervenir en el mercado de la uva. Por un lado anunció ayer que pondrá en marcha un operativo de compra de uva para mosto a través de Mendoza Fiduciaria, para paliar el problema del sobrestock de vinos. Todavía no está definido el precio que se pagará al productor ni tampoco cuál será el monto total que se destinará a la compra.

La otra medida es un proyecto de ley que el Gobierno envió el lunes a la Legislatura, que será tratado hoy, que habilita a la provincia a tomar crédito para financiar un fondo anticíclico para la vitivinicultura, con una duración de cuatro años y un financiamiento total de 4 mil millones de pesos.