El dato relacionado con que en departamentos del Gran san Juan se ha secado alrededor del 30% de ejemplares del arbolado público a consecuencia de la sequía ha encendido una fuerte luz de alarma considerando que este fenómeno recién está comenzando y que aún se aguarda lo peor, según estimaciones de técnicos y expertos en recursos hídricos. La situación es tan grave que desde los municipios solicitaron a los vecinos la colaboración con el cuidado de los árboles manteniendo en condiciones las acequias y regando los ejemplares periódicamente ante el inicio de una temporada en que las plantas necesitan mayor hidratación.

La actual emergencia hídrica, producto de las escasas precipitaciones níveas en la alta cordillera, encuentra al Valle de Tulum en una situación desfavorable respecto del estado general del arbolado público. En la zona del Gran San Juan y departamentos aledaños hay un gran déficit de acequias en buen estado. Por otra parte son pocas las plazas o espacios verdes que cuentan con sistema de riego por goteo o aspersión, otra dificultad para hacer que el agua sea mejor aprovechada y que alcance para regar estas superficies con la humedad que se necesita para árboles y el pasto.

La importancia de cuidar los árboles radica en que debemos tener en cuenta que en las hojas de cada ejemplar se produce permanentemente un proceso de evaporación de agua para mantener la planta a una temperatura inferior a la del medio circundante. Esto en verano es de fundamental importancia para generar, alrededor de cada ejemplar, un clima agradable y propicio para la vida humana. 

La provincia de Mendoza, donde el arbolado público está visiblemente en mejor estado que el nuestro, lleva años realizando numerosos esfuerzos en el cuidado de su arboleda que le ha dado buenos resultados y le permite afrontar en mejor estado esta sequía que afecta a todo el país. Más allá de la colaboración de los vecinos, los organismos correspondientes se encargaron de que se realizaran varios estudios que aportaron datos en beneficio de la arboleda.

Si bien en nuestra provincia la actual sequía incide directamente en el estado del arbolado, hay que reconocer que son numerosos los años de desidia o dejadez en que nada se ha hecho por optimizar el sistema de riego. Queda ahora ser muy criteriosos con el uso del agua, mejorar la infraestructura de riego que se pueda y generar conciencia en la ciudadanía para que la colaboración que se ha pedido a los vecinos sea efectiva y se logre evitar mayores pérdidas de ejemplares, que tanta falta nos hacen.