Desde hace algunos años se viene hablando sobre los efectos negativos de los plásticos y los microplásticos en la naturaleza que provocan serios daños en animales e individuos dentro de la biósfera. Hasta ahora se había puesto especial atención en la forma que afectaban a la ecología con la formación de las famosas islas de plástico en los océanos o el hallazgo de partículas de este material en animales acuáticos como los tiburones y otros peces en la desembocadura de los ríos y lagos. Pero un estudio realizado por un grupo de científicos de los Países Bajos ha revelado una situación mucho más grave para los humanos. Por primera vez se ha detectado la presencia de microplásticos en el torrente sanguíneo, un fenómeno que se preveía podría comenzar a ocurrir en cualquier momento y que es muy peligroso para la salud de las personas. Los microplásticos son pequeñas piezas de plástico de menos de 0,2 pulgadas (5 mm) de diámetro, que suelen producirse como desprendimiento o residuo de materiales que se desechan sin el correcto tratamiento.
Se han podido detectar microplásticos tan pequeños de 0,0007 mm, que han ingresado al cuerpo a través de la inhalación de partículas en el aire o la ingestión, ya sea en alimentos o por envases, vajilla y cubiertos hechos con este material. Las partículas detectadas en muestras de sangre, en su mayoría, provienen de PET (tereftalato de polietileno), el plástico utilizado para las botellas de bebidas y los envases de alimentos. El plástico es un material constituido por compuestos orgánicos de múltiples usos en la industria.
El peligro de la presencia de microplásticos en la sangre está dado porque se sabe que es un elemento extraño que invade distintos ámbitos y que necesita años para su degradación. De todas maneras los científicos sostienen que necesitan investigar más profundamente los efectos que puede provocar. Por ahora se sabe que el plástico ya puede ser encontrado en lo más profundo de nuestro cuerpo pero habrá que determinar fehacientemente a dónde va y qué provoca.
Un reciente informe de la ONU prevé que la contaminación por plásticos se va a duplicar para el año 2030, lo que debe ser tomado como una voz de alerta para que las distintas naciones implementen medidas conducentes a evitar la proliferación de los plásticos y, lo que es más importante, prever el destino final de ese material para que no continúe dañando el medio ambiente y, ahora, afectando la salud de los humanos. Medidas de prevención, como reducir la masiva producción de este material y su utilización en la vida diaria en envases y bolsas, deberían ser implementadas a la brevedad para evitar este fenómeno.
