Después de conocerse que los intelectuales K iban a publicar una dura carta contra el Gobierno el Presidente entendió que había luz verde para decir todo lo que tenía dentro desde hace mucho tiempo y que guardaba puertas adentro con la esperanza de encauzar a los díscolos. Pero la guerra abierta con el kirchnerismo no da para seguir agazapado y callado. Por eso, ayer salió con los tapones de punta durante una extensa entrevista radial.

Alberto Fernández reconoció ayer la importante interna que se sucede dentro del núcleo de la alianza gobernante, el Frente de Todos, fundamentalmente tras el rechazo de una parte del kirchnerismo al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Él sintió que lo dejaron solo y ayer pasó factura.

En diálogo con El Destape radio, el Presidente admitió que esperaba que los miembros de su partido lo "acompañaran pero no lo acompañaron" en el debate clave en el Congreso para refinanciar la deuda por más de 44.000 millones de dólares.

"Cuando me pidieron que me hiciera cargo de esto sabía que iba a tener que tomar decisiones y que me acompañen, y no me acompañaron", reprochó a los legisladores de La Cámpora que votaron en contra del acuerdo con el FMI.

Además, Fernández profundizó que "la unidad es una condición necesaria pero insuficiente". Y luego agregó: "No todos pensamos igual. Lo que creo que no podemos hacer es darnos el lujo, por la causa que sea, narcisismos, egoísmo, política, de desunirnos". Y para rematar aseguró que "no es títere de nadie", en referencia a la relación con su vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner.

Para reforzar la idea de su independencia, Alberto dejó en claro su posición en cuanto a Cristina y Máximo Kirchner: "Yo valoro a Máximo y a Cristina, esto no va a en detrimento de nadie, pero no existe la presidencia colegiada".

"Las decisiones las tomo yo", señaló el mandatario e insistió, además, en señalar que "la política no es imponer una mirada sino sentarse a negociar", pero advirtió que "cuando no se llega a un acuerdo, uno tiene que decidir".

"Quiero que todo los compañeros y compañeros, argentinos y argentinas que confiaron en el Frente de Todos sepan que hice un gran esfuerzo por unir partes sin saber que iba a ser candidato", expresó Fernández, que remarcó en más de una oportunidad que no quiere la ruptura de la coalición.

Y recordó que en 2018 fue el primero que, durante una reunión con los principales dirigentes del peronismo, dijo que "con Cristina sola no se puede". Ahora, volvió a desempolvar esa frase, pero la actualizó: "Sigo creyendo lo mismo. No se puede sin nadie, aquí nadie sobre, nadie está de más. De mi parte sólo van a seguir encontrando voluntad de trabajar juntos".

Ya blanqueadas sus aspiraciones de ser reelecto en su cargo, el Jefe de Estado hizo una autocrítica por la interna política que se desató en el FdT cuando hubo que votar el acuerdo con el FMI y afirmó: "Me sentiría muy mal si por nuestras diferencias le abrimos el paso a la derecha".

Pese a sus fuertes declaraciones, Alberto envió un mensaje conciliador puertas adentro pensando en 2023. "Nosotros debemos estar unidos porque no podemos permitir que vuelva a gobernar la derecha con aquellos que bajaron 20 puntos los salarios, no podemos dejar que esa políticas vuelvan", recalcó.

Cerruti, sin vueltas

La portavoz, Gabriela Cerruti, consideró que "funcionarios como el director del banco Nación, Claudio Lozano", que se presentó ante la Justicia para impugnar el acuerdo con el FMI, "debrían conocer sus propios límites" y "hasta cuándo permanecer en un Gobierno si no estás de acuerdo".

 

  • La dura carta de los ultra K ilustrados

 

Bajo el título "Unidad del campo popular: moderación o pueblo", intelectuales, académicos y referentes de la cultura que se identifican con el kirchnerismo duro publicaron una carta con críticas a Alberto Fernández, en la que afirmaron que "la unidad del Frente de Todos ya se rompió en noviembre de 2021" y que cuando "el mismo gobierno genera las expectativas y la defraudación de las expectativas, es el instante cruel donde la moderación se transforma en impotencia".

El escrito llegó como respuesta al comunicado que la semana pasada dieron a conocer desde un sector que responde al Presidente y en el marco de las tensiones internas del Frente de Todos.

"La unidad no se mantiene porque se la nombre", sino que "se mantiene si continúan activas las políticas que le dieron origen", señala el texto en alusión al reiterado pedido de "unidad" de parte del albertismo.

"La política gubernamental ha llegado a su punto más trágico: la preparación de escenarios de anuncios donde no se realizan anuncios. Es la práctica fallida de anticipar políticas que no se concretan: el mismo gobierno genera las expectativas y la defraudación de las expectativas. Es el instante cruel donde la moderación se transforma en impotencia. Deciden bajarle la intensidad a la política y, como efecto no deseado, suprimen a la política. Proponen ir despacio pero terminan inmóviles. Pretenden hablar suave pero se vuelven inaudibles. Todo lo que se presenta moderado termina siendo débil. Los gobiernos no se evalúan por sus intenciones, sino por sus eficacias", aseguraron en uno de los fragmentos más duros de la carta, luego de que el Presidente anunciara que el viernes pasado comenzaba "la guerra a la inflación". "La unidad del Frente de Todos ya se rompió en noviembre de 2021 cuando más de cuatro millones de electores que lo acompañaron en el año 2019, ya no lo hicieron en las elecciones de medio mandato", afirmaron.