El presidente electo Alberto Fernández llegó ayer a la ciudad de México, donde este lunes tiene previsto reunirse con el jefe de Estado de ese país, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), en su primer viaje al exterior desde que ganó las elecciones nacionales.
Además del acercamiento político que Alberto quiere marcar con esta visita a AMLO, el viaje también tendrá una fuerte impronta económica ya que el mandatario electo tendrá un encuentro cara a cara con los principales empresarios mexicanos que tienen negocios en Argentina.
Fernández arribó por la mañana a ese país acompañado por el diputado Felipe Solá, Santiago Cafiero y su pareja, Fabiola Yañez, quienes fueron recibidos en el aeropuerto por el embajador de la Argentina en México, Ezequiel Sabor, y el secretario de Asuntos Latinoamericanos de la cancillería mexicana, Maximiliano Reyes Zúñiga.
Una semana antes de las elecciones, Fernández y Reyes Zúñiga mantuvieron un encuentro en Buenos Aires, en el que se diseñó la visita y hablaron sobre la necesidad de establecer un vínculo maduro entre ambos países.
"Bienvenido a México presidente Alberto Fernández", publicó esta mañana Reyes Zúñiga en su cuenta oficial de la red social Twitter, que acompañó con fotos en la que se los ve posando sonrientes con una camiseta argentina de fútbol y una pelota.
En la agenda prevista en México figura un encuentro mañana con el presidente López Obrador; una clase magistral en la Universidad Nacional Autónoma de México, y una cena con cinco grupos de empresarios, entre ellos, el que responde al multimillonario Carlos Slim, dueño de Claro y el octavo hombre más rico del mundo.
López Obrador fue uno de los mandatarios que felicitó a Fernández por el triunfo en las urnas hace una semana.
El exjefe de Gabinete de Néstor y Cristina Kirchner adelantó durante la campaña que busca rearmar la integración regional y anhela apuntalar un armado progresista similar a la Unasur, por lo que volverá a encontrarse con el Grupo de Puebla, en un segundo encuentro luego de su regreso de México, indicaron fuentes cercanas a Fernández.
El coordinador de los equipos técnicos de Alberto Fernández, Nicolás Trotta, por su parte, afirmó que Argentina y México "pueden liderar una nueva etapa que se abre en Latinoamérica" y profundizar el proceso de integración de los países que integran la región.
Según la agenda, Alberto cenará el lunes con un grupo de empresario, encuentro digitado esencialmente por el Grupo Techint. Su titular Paolo Rocca ha estado ya dos veces a solas con Andrés Manuel López Obrador y tuvo una relación de fuertes fricciones con Mauricio Macri por una serie de pesquisas judiciales por el pago de sobornos en la obra pública durante los gobiernos kirchneristas.
Compañías como Cemex, América Movil, Grupo Alfa, Bimbo, Femsa, Arca Continental, Softtek y Lamosa tienen una situación de dificultad en la economía que Fernández gobernará desde el 10 de diciembre.
Por un lado la depreciación del peso licua fuerte sus ganancias en dólares. Por el otro, la escalada inflacionaria altera los costos de su cadena de producción. En medio de esta crisis, la sorpresa para los hombres de negocios mexicanos es que el presidente electo siga sin anunciar a su ministro de Economía. Dentro y fuera del país esperan definiciones urgentes del nuevo rumbo.
Un giro de Bolsonaro
- "La Argentina precisa de Brasil y nosotros precisamos de la Argentina". Con esta frase, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dio un leve giro en su guerra con Alberto Fernández y parece haber enterrado la idea de pedir la suspensión del país en el Mercosur.
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Consciente de que no hay tiempo que perder para marcar el nuevo rumbo de la economía de cara al 10 de diciembre, el peronismo prepara un paquete de leyes para los primeros meses del gobierno de Alberto Fernández. Se trata esencialmente de proyectos de reformas impositivas, una ley de petróleo y la creación de un Consejo Económico y Social. Sergio Massa, virtual próximo presidente de la Cámara de Diputados prevé reunirse con el actual jefe, Emilio Monzó, la semana que comienza.
Entre ellos, sigue abierta la incógnita sobre qué pasará con la reactivación de la bicameral de la Defensoría del Pueblo -una movida motorizada por Massa para postular a Monzó a ese cargo- que se cayó el miércoles pasado por falta de respaldo de los bloques del PRO y el kirchnerismo, que no acudieron. La negociación continúa.
Prácticamente todas las iniciativas para los primeros 100 días de gobierno de Alberto son económicas y están ligadas a los dos ejes en los que Fernández hizo hincapié durante la campaña: "poner en marcha la economía" y "generar dólares genuinos".
En ese sentido, los equipos técnicos trabajan -en conjunto con los gobernadores de Chubut y Río Negro- en una ley para promover nuevas inversiones en yacimientos de hidrocarburos convencionales y no convencionales; una reforma tributaria para bajar la presión impositiva que beneficie, principalmente a las PyMEs; y la creación de un consejo económico y social que nuclee a distintos sectores y construya acuerdos en temas claves, como precios y tarifas. También prevén volver a empujar la Ley de Góndolas, sobre la que ya hay un consenso tácito entre los distintos bloques del oficialismo y la oposición, que presentaron distintos proyectos sobre el tema.
A su vez, el presupuesto 2020 es prioritario. Según pudo saber Clarín, la intención en un principio es "corregir" el texto que ya envió el gobierno de Mauricio Macri "para no empezar de cero" y tratarlo con la nueva composición de la Cámara antes del 30 de diciembre.
El proyecto de reperfilamiento de deuda enviado por el oficialismo también es un pendiente. Sin embargo, Alberto Fernández suele repetir que ese tema se debe tratar como lo hizo con Néstor Kirchner en 2003: primero negociar la reestructuración con los acreedores y luego enviar el proyecto ya cerrado al Congreso.