Preocupado por la crisis de Bolivia que desembocó en la renuncia de Evo Morales, el presidente electo Alberto Fernández mantuvo en las últimas horas un diálogo con los presidentes Manuel López Obrador (México), Martín Vizcarra (Perú) y Abdo Benítez (Paraguay) en donde coincidieron sobre la necesidad de pacificar la región y cuestionar duramente el golpe de Estado para respaldar la figura del ahora ex presidente boliviano.
Según confiaron fuentes allegadas al presidente electo, la charla que mantuvo con sus pares de la región se concentró en exigir una salida democrática a la situación de Bolivia y respaldar ampliamente a Morales. Aunque hay diferencias de criterio respecto de la interpretación que le dan a la salida de Morales. Mientras que los presidentes de Perú y Paraguay no hablaron hasta ahora de que en Bolivia hubo un golpe de Estado, Fernández y López Obrador no sólo mencionaron ese concepto sino que acusan a la cúpula militar por la salida forzada de Evo Morales.
No obstante, existe una decisión unánime de respaldar fuertemente a Evo Morales y mantener el Estado de derecho en Bolivia.
También en el diálogo que Fernández mantuvo con sus pares de la región se evaluó buscar un refugio para Morales ante su eventual salida forzada del territorio boliviano.
Está claro que López Obrador es uno de los pocos aliados de gobiernos de izquierda que le quedan a Fernández después de Nicolás Maduro. De allí la necesidad de mantener con el presidente de México un vínculo más estrecho que el resto de los presidentes de la región en función a su afinidad ideológica.
“Fue una charla breve pero en la que coincidieron en rechazar el golpe de Estado en Bolivia, apoyar a Evo Morales y cuestionar el accionar violento de grupos opositores y militares”, dijo un allegado a Fernández a raíz de la conversación que este mantuvo con el presidente de México.
En la charla con López Obrador también habló Fernández sobre el eventual paradero de Evo Morales y la necesidad de mantener un contacto permanente con el saliente presidente de Bolivia para darle apoyo.
A la vez, en el diálogo que Fernández también mantuvo con los presidentes Vizcarra y Benítez se mencionó la necesidad de una eventual reunión de urgencia para evaluar un apoyo regional a Morales.
Fernández está dispuesta a dar asilo a Morales y los funcionarios de su gabinete que sea necesario. Pero no es una facultad de él en estos momentos. A diferencia del presidente electo, Mauricio Macri no habló hasta ahora de un golpe de Estado en Bolivia y sólo habilitó el asilo político hasta ahora del ministro de gobierno Carlos Romero, que se encuentra alojado en la embajada argentina en La Paz.
Durante las últimas horas Fernández no pudo volver a hablar con Evo Morales quien está refugiado en la zona de Lauca Ñ, una población donde el ex presidente de Bolivia tiene sus bases cocaleras que le dan protección.
En la cumbre del sábado pasado del Grupo Puebla donde estaban los dirigentes progresistas latinoamericanos Alberto Fernández ya había hecho un encendido discurso en defensa de Evo Morales y también habló de ello en la charla que mantuvo con el premier francés Emmanuel Macron.