Alberto Fernández, a quien define como un “pragmático de izquierda”, sería probablemente el presidente latinoamericano más claramente beneficiado por un triunfo de Joseph Biden en las elecciones presidenciales que se llevarán a cabo el próximo martes en EEUU, según un artículo del Financial Times sobre cuál la eventual política hacia la región del candidato demócrata.
En cambio, los presidentes de Brasil, Jair Bolsonaro; Colombia, Iván Duque; y México, Andrés Manuel López Obrador, estarían, por razones vinculadas a las posiciones de Biden en temas ambientales, entre los más perjudicados.
El artículo, escrito por Michael Stott, desde Londres, y Jude Webber, desde la capital mexicana, revela que López Obrador le dio a Alberto Fernández un “consejo privado” sobre cómo debía relacionarse con el actual presidente norteamericano: “Con Trump podés hacer lo que quieras, pero no digas nada, no te metas en una confrontación con él”.
Según la nota del diario, el de López Obrador fue un buen consejo, porque a Trump le gusta emitir ultimatums, pero ladra más fuerte de lo que muerde, como sucedió con la amenaza de cerrar la frontera con México, imponerle tarifas prohibitivas a Brasil o invadir Venezuela, todas amenazas que se probaron vacías.
En todo caso, a juzgar por algunas declaraciones del presidente argentino y, en particular, su intento de postergar la elección del nuevo presidente del BID para frustrar la candidatura de Mauricio Claver Carone, el elegido de Donald Trump, el asesoramiento de López Obrador a al presidente argentino parece que no surtió efecto.
El núcleo del artículo es que la región podría tener, de hecho, un trato más duro por parte de Biden, debido a su foco en cambio climático, derechos humanos y corrupción, que llevarían a una relación más compleja y estricta, a diferencia de lo que sucedía con Trump, que cerraba el ojo a esas cuestiones. “En temas de comercio, (condiciones de) trabajo y medio ambiente, Biden podría ser mucho más duro que Trump”, le dijo al FT el excanciller mexicano Jorge Castañeda.
El artículo cita a Juan Cruz, asesor de la Casa Blanca en cuestiones latinoamericanas entre 2017 y 2019, quien señala que con Trump la región había logrado un modus vivendi: “Él puede ser un poco blanco-y-negro y transaccional, pero los presidentes de la región lo entendieron”. En cambio, con Biden tendrían una política de grises; serán elogiados en algunos aspectos y criticados en otros y lo podrían sentir como un latigazo".
De todos modos, el FT aclara que ante la situación de emergencia sanitaria y económica en EEUU, América Latina no será una región prioritaria. El foco principal será México, por su extensa frontera terrestre, fuente de inmigración ilegal y narcotráfico y su status de socio top en cuestiones de comercio e inversión.
Cercanos, no prioritarios
Biden, que conoce la región de su experiencia como vicepresidente de Obama, prometió terminar varias de las políticas migratorias de Trump. Por ejemplo, dejaría de construir el muro en la frontera con México y ofrecerá USD 4.000 millones de ayuda para impulsar mejoras en América Central, origen de buena parte de la inmigración en EEUU. Lo cual tiene sus riesgos. Por caso, según Thomas Shannon, un ex alto funcionario del Departamento de Estado –de hecho, contratado por el gobierno de Alberto Fernández para hacer lobby en EEUU- la inmigración será el más grande desafío, porque si no se hace bien, puede terminar provocando un aumento de la inmigración a EEUU.
Otra fuente de fricción será el clima, ya que varios mandatarios latinoamericanos, como López Obrador, están muy comprometidos con el desarrollo del petróleo y el carbón. De hecho, ya hay empresas y legisladores norteamericanos, tanto demócratas como republicanos, que consideraron discriminatorias medidas del presidente mexicano contrarias al desarrollo de las energías renovables, que López Obrador considera “sofismas”.
Así como la construcción de un muro en la frontera con México fue la propuesta más agresiva de Trump, la iniciativa se llevó a cabo solo parcialmente. Según el FT: Biden será más exigente en materia de medio ambiente, condiciones de trabajo y derechos humanos
“La política energética será un punto clave de la agenda económica doméstica y de la agenda exterior y será un desafío al gobierno mexicano”, dice al respecto Antonio Ortiz Mena, de la consultora Albright Stonebridge, basada en Washington, y homónimo de un histórico político mexicano y expresidente del BID.
De modo similar, el artículo cita que los puntos de vista de Biden sobre la deforestación del Amazonas ya han molestado al presidente brasileño, Jair Bolsonaro, en particular la amenaza de “significativas consecuencias económicas” si Brasil no responde a su plan de USD 20.000 millones para proteger los bosques tropicales. Bolsonaro respondió que Biden ya demostró “un claro signo de desprecio por una coexistencia cordial y fructífera”.
Biden molestó a Bolsonaro con su amenaza de “significativas consecuencias económicas” si no se pliega a su plan para proteger los bosques tropicales. El presidente brasileño respondió que el candidato demócrata ya demostró “un claro signo de desprecio por una coexistencia cordial y fructífera”
En similar posición se cita al colombiano Iván Duque, por haber sido el que dio el apoyo más entusiasta a la política de Trump hacia Venezuela y en la elección del presidente del BID. En tanto, Juan Guaidó, que en su momento fue reconocido por EEUU y otros gobiernos latinoamericanos como el verdadero líder de Venezuela, vio su estrecha menguar en Washington, debido a su apoyo a la política de “máxima presión” de Trump hacia Venezuela. Sería una figura menos que ideal si Biden busca un enfoque más multilateral y negociado para aliviar la aguda crisis humanitaria venezolana. Pero es improbable, nota el FT, que Biden vuelva al tipo de relación que buscó Obama para destrabar las relaciones con Cuba y Venezuela: se lo impedirá el anticomunismo de la comunidad latina de Florida. Más bien daría “pasos cautelosos”, para generar confianza.
Con los presidentes de Chile, Perú y Ecuador teniendo que dejar sus gobiernos en 2021, dice el artículo, Alberto Fernández, de la Argentina, "un pragmático de izquierda, sobresale como uno de los líderes latinoamericanos que pueden beneficiarse de una presidencia de Biden.
Pero ni Trump ni Biden, concluye, han dicho algo acerca del más grande desafío que afronta la región: poner sus economías, dependiente de las materias primas, a la altura del siglo XXI y reiniciar el crecimiento y brindar la prosperidad que demandan poblaciones cada vez más inquietas.