Desde que estalló el escándalo del FIFAGate, Alejandro Burzaco sólo habló ante la Justicia y ante un puñado de familiares y amigos. Los detalles de su vida privada se mantienen en absoluta reserva. Ni siquiera hay fotos recientes. Cuando declaró ante la Corte de Brooklyn, hace dos semanas, el ex CEO de Torneos logró esquivar a los medios. La intervención del FBI fue clave: un auto oficial lo iba a buscar a su casa y lo hacía entrar por una puerta trasera del edificio. Burzaco seguirá aferrado al bajo perfil hasta que resuelva sus cuentas pendientes con la Justicia norteamericana. Por ahora, no se mueve de Nueva York y trata de hacer “buena letra”.

 

Desde hace unos meses, el ex CEO de Torneos cumple tareas comunitarias todos los domingos en una iglesia de esa ciudad, pudo saber Infobae. El lugar y los detalles se mantienen en reserva. “No se lo impuso la Justicia, lo propuso él mismo”, explicó un allegado. Obviamente, su intención es mostrar “buena conducta” y poder mejorar su situación judicial, que sigue siendo delicada más allá de sus “confesiones”.

 

Actualmente vive solo en un departamento alquilado Sus cuatro hijos y su pareja residen en Buenos Aires y lo visitan cuando pueden. Algo similar ocurre con el resto de su familia.

 

Su mayor incógnita es si podrá esquivar la cárcel luego de revelar los detalles de la matriz de corrupción dentro de la FIFA y la Conmebol, de la cual fue parte. Para esto falta mucho. Antes habrá una sentencia en el juicio contra tres ex dirigentes del fútbol sudamericano: el paraguayo Juan Angel Napout, el brasileño José María Marin y el peruano Manuel Burga.

 

Burzaco declaró como testigo en ese proceso. Su abogado, Mariano Mendilaharzu, cree que no volverá a ser citado. Si no hay sorpresas, la suerte del empresario argentino se definirá recién a fines de 2018.

 

Mientas tanto, la justicia local intenta determinar si hubo sobreprecios en la contratación de los derechos de televisación de ocho torneos de fútbol, tal como sospecha el fiscal Gerardo Pollicita.

 

El juez Daniel Rafecas decidió ordenar una pericia contable antes de definir si pide la declaración de Burzaco y los funcionarios argentinos involucrados. “Sin el resultado de la pericia no podemos avanzar con las responsabilidades de cada uno”, explicó una fuente judicial.