El término blindaje se refiere a barreras físicas de protección utilizadas para reducir o evitar el daño causado por el enemigo. Esto mismo, y con los elementos que cada uno tiene, hicieron los dueños de almacenes de barrio, quienes usan diferentes estrategias para protegerse del coronavirus. Con canastos, cintas, cajones y hasta cubriendo por completo las ventanas con nailon, los almaceneros trabajan sin parar, pero buscando la manera de sentirse seguros ante la crisis sanitaria que afecta a gran parte del mundo. Si bien dijeron que no redujeron notablemente las ventas, admitieron que la gente cuida más el dinero y ya no compra tantas cosas no indispensables.
Las estrategias que usan en los almacenes son variadas. Es más, hubo almaceneros que dijeron que con el paso del tiempo comenzaron a mejorarla. Algunos, al principio limitaron la cantidad de personas que podían entrar al negocio, mientras que después hasta fabricaron ventanas para cambiar totalmente la atención. "Pusimos -en la vereda y contra la ventana- una mesa para que los clientes mantengan la distancia. Al principio pusimos cajones, pero la gente los corría y se apoyaba en la ventana como si nada. Nosotros usamos alcohol y limpiamos permanentemente con lavandina las ventanas", dijo Belén Álvarez, de un almacén de Capital. Al igual que ella, hubo vendedores que hasta pusieron carteles o pizarrones que piden que se respete la distancia, que hagan fila en la vereda y que hasta dieron mensajes alentadores como "De esta salimos entre todos".
Bloquear el ingreso con una cadena, con cintas de peligro y hasta con los canastos donde eventualmente expone algunos productos de panificación o verduras, fueron otras de las estrategias. Según una mujer de un almacén de Rivadavia ellos les piden a los clientes que les encarguen todo lo que van a llevar de una vez para anotarlo y luego entregarles todo junto. "Además, luego de que les entregamos las cosas y el vuelto, les ponemos alcohol en las manos para que se retiren tranquilos", agregó Lucía Martínez, de un minimarket de este departamento. También con el objetivo de brindar seguridad y comodidad hubo negocios en los que hasta pusieron un gazebo en la vereda para que no esperen bajo el Sol. "Los clientes deben entender que nosotros necesitamos seguridad. A muchos no les gusta esto y hasta vienen con los niños, pero no los dejamos entrar", agregó Roberto Rojas, de Chimbas.
Si bien estas son las medidas más repetidas hubo algunos que pusieron más blindaje. Sofía Olmos, de un almacén de Concepción comentó que por recomendaciones de un conocido que vive en España (que les dijo que tomaran todas las medidas de prevención necesarias) decidieron extremar la precaución y taparon la ventana por la que atienden con nailon para evitar todo tipo de contacto. "Hay clientes que nos preguntan para qué pusimos este nailon y otros nos felicitan. Hicimos una ventanita para poder pasar los productos y la plata", explicó.