En 2017 se había quedado sin trabajo y con un dinero que cobró había adquirido metegoles y castillos inflables para alquilar. Y como era "un loco de la creatividad" -según su hermana-, él mismo había diseñado y fabricado nuevos juegos que eran únicos en la provincia.
Ese emprendimiento tuvo un inesperado y trágico final para Pablo Alejandro Parada (41): cuando volvía de buscar los juegos de un evento, en San Martín, chocó en su camioneta contra un camión y no sobrevivió. Iba acompañado por su esposa, Carina Miranda (46), quien ayer se recuperaba en el Hospital Rawson.
La desgracia de Parada ocurrió cerca de las 2.30 de ayer, cuando guiaba su Renault Duster por Laprida hacia el Oeste. En la Policía suponen que calculó mal o bien que no vio el camión cisterna que el mendocino Gerardo Ostigo (68, detenido) conducía por Nacional en dirección al Norte.
El impacto fue tan fuerte que la Duster (llevaba tirando el tráiler con los juegos) quedó destruida. Parada quedó aprisionado en el interior y su destino quedó echado en el lugar.
La víctima vivía con su esposa en Santa Lucía. No tenían hijos pero quería como propios a los dos de ella, de 19 y 16 años.
Su hermana Patricia lo calificó como un todoterreno. Amaba la música, tocaba la batería, era fanático de las motos y también de los perros. Sabía reparar computadoras y hasta le hacía a la herrería, como su padre.
"Era muy creativo, le gustaba inventar, ingeniar, tenía soluciones para todo y era muy trabajador. Esto nos deja mucho dolor, es una pérdida terrible. Era muy familiero", lo describió Patricia. Ayer junto a otros familiares esperaban en el Hospital Rawson que le dieran el alta a Miranda, quien terminó con una fractura en el brazo derecho y en unas costillas. Tenían temor por cómo podía llegar a reaccionar cuando le avisaran que su marido, con quien se casó en el 2014, había muerto en el choque.