Después de que el velocista italiano Lamont Jacobs se convirtiera en el sucesor de Usain Bolt en los 100 metros libres, el trono del jamaicano volvió a ponerse en juego. En esta ocasión fue Andre de Grasse el que se quedó con la medalla de oro en los 200 con un tiempo de 19.62 segundos y se sentó en el trono que pertenecía a el Rayo desde los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.

Junto al canadiense, el podio lo completaron el estadounidense Kenneth Bednarek con 19.68 (plata) y su compatriota Noah Lyles 19.74 (Bronce).

Sin el astro jamaiquino en escena, retirado en 2017, se instaló una gran duda sobre quién iba a ser su sucesor. El principal candidato a obtener la medalla era Lyles, que actualmente se presentaba como el campeón mundial y cuya mejor marca se había establecido en 19.74 segundos.

Sin embargo, De Grasse rebajó ese tiempo y después de obtener el bronce en los 100 metros, por detrás de Jacobs y Fred Kerley con un tiempo de 9.89 segundos, logró colgarse la presea dorada en esta competencia.

“Lo hice. Espere mucho tiempo pensando en este momento. Después de los 100 estaba muy descontento conmigo. Finalmente pude reponerme, sabía que los estadounidenses me iban a empujar, pero hace mucho quería lograr esta marca”, aseguró el canadiense al término de la carrera.

“Fue una muy linda carrera, mi coach me dijo que tenía que estar mucho más atento en el comienzo de la partida y mantener estabilidad en las curvas para dejar fluir en el final. Levantar lo más arriba posible mis piernas y mis brazos. Es difícil hacerlo pero logré mantenerlo”, sentenció.

A un par de milésimas de alcanzar el podio quedó la promesa estadounidense de 17 años Erriyon Knighton, que completó la prueba con un tiempo de 19.93 segundos. Por detrás aparecieron el liberiano Joseph Fahnbulleh (19.98), el canadiense Aaron Brown (20.20), el jamaiquino Rasheed Dwyer (20.21) y el trinitense Jereem Richards (20.39).

Con éste triunfo, las competencias de velocidad de atletismo comenzaron a llegar a su fin. Mientras que en los 100 metros masculinos Jacobs lideró el podio al cruzar la línea de meta con un tiempo de 9.80 segundos, por delante del estadounidense Fred Kerley (9.84) y el canadiense Andre de Grasse (9.89) plata y bronce respectivamente, en la categoría femenina fue Elaine Thompson-Herah, la más rápida de los Juegos Olímpicos de Tokio.

La jamaiquina ganó los 100 y 200 metros revalidando lo que había hecho en Rio 2016. En el sprint corto, la atleta de 29 años rompió el récord olímpico luego de 33 años al terminar la prueba con un tiempo de 10.61, una milésima menos que la marca que había establecido la norteamericana Florence Griffith Joyner en Seúl 1988.

En los 200 quedó lejos de Joyner. Con un tiempo de 21.53 segundos, se colgó la presea dorada pero no le bastó para hacer historia. En aquellos Juegos Olímpicos disputados en Corea del Sur, la estadounidense completó el sprint en 21.34.

En la categoría masculina, Usain Bolt continúa reteniendo los récords mundiales y olímpicos. Mientras que en los 100 su nombre aparece en lo más alto con 9.63 y 9.58, en los 200 lidera el crono con 19.19 y 19.30 respectivamente.

Las carreras de velocidad llegarán a su fin este viernes, cuando sea el turno de la posta 4×100 tanto a nivel masculino como femenino.