Para cualquier realizador que llega a la película 50, es una celebración. Y seguramente para Woody Allen, "Un día lluvioso en Nueva York", también lo sea. Sin embargo, no se puede negar que la fiesta está muy lejos de ser completa. Es que su propio país parece darle la espalda al cineasta norteamericano y por lo tanto ni siquiera hay fecha de estreno de su nueva comedia romántica, que ya debutó en Europa y que mañana llega a Argentina, en estreno nacional. Pero si la crítica europea aclamó el film, que tiene todos los ingredientes del director… ¿Por qué Hollywood no? La razón no tiene que ver con lo puramente artístico. Se debe a las acusaciones de abuso que pesan sobre Allen, que se remontan a los años ’90 cuando su ex Mía Farrow denunció que abusó de la hija de ambos, Dylan, cuando la niña tenía 7 años. Allen ha negado los cargos (adujo despecho de su ex, por haberla dejado por su hija adoptiva, Soon-Yi, de entonces 21) y la justicia supo darle la derecha; pero Mía, Dylan y Ronan -otro de sus hijos, activo detractor de su padre- sostienen los hechos. El tema resurgió con las denuncias contra el productor Harvey Weinstein (y otras figuras del ambiente) que desembocaron en el movimiento Me too y afectaron laboralmente al realizador. Si bien la justicia no lo ha condenado, la "proscripción" de Allen en el país que alumbró varios de sus grandes títulos incluye la cancelación de un contrato por parte de Amazon, que le bajen un musical y que importantes editoriales rechacen su autobiografía, entre otras cosas.
Un día lluvioso en Nueva York, protagonizada por Timothée Chalamet y Elle Fanning (la Aurora de Maléfica); con Selena Gomez, Jude Law y Diego Luna, cuenta la historia de una joven pareja enamorada que se dispone a pasar un fin de semana en Nueva York. Pero la armonía hará ruido cuando ella conozca a un cautivador actor; y él a una joven muy atractiva.