Un proyecto sobre prevención y control de resistencia a los antimicrobianos que exige, entre otros aspectos, la presentación de una receta médica archivada para la compra de antibióticos, antivirales y antiparasitarios, fue convertido en ley ayer por la Cámara de Senadores.
La meta principal de la iniciativa —tal como sugiere su nombre— es fomentar el uso apropiado de los antimicrobianos y disminuir su ingesta innecesaria.
La iniciativa obtuvo el apoyo de forma unánime de todas las fuerzas políticas que integran la Cámara Alta ante la mirada de la ministra de Salud, Carla Vizotti, quien fue invitada por los senadores para que se siente en el hemiciclo, de frente a las bancas.
El proyecto requiere de la supervisión de las infecciones asociadas a los cuidados de salud, hospitales y terapias intensivas. También prevé la generación de un plan nacional de control de enfermedades producidas por agentes resistentes.
Uno de los artículos establece que para la compra de un antimicrobiano en una farmacia no baste con una receta simple, sino de una archivada, como suele ocurrir con la prescripción de psicotrópicos. Además, se establece que el médico debe incluir el diagnóstico en la receta.
Una de las falencias que intentará superar la legislación está vinculada con la duración de los tratamientos. Por ello, el proyecto de ley exige a la industria farmacéutica una readecuación de los formatos de venta con el tratamiento completo de los antimicrobianos.
Asimismo, está previsto que la reglamentación del Poder Ejecutivo, una vez que el expediente sea convertido en Ley, establezca que las cajitas de los medicamentos lleven impresa la leyenda ‘Este medicamento puede producir resistencia antimicrobiana’. Ayer los senadores no pudieron ocultan su enojo por las automedicaciones.