Una denuncia por violencia de género volvió a poner tras las rejas a Emanuel José Samuel Astudillo (31 años, alias "Carucha"). La detención ocurrió lejos de su San Juan, en Río Gallegos, Santa Cruz, donde quizá pretendía eludir el pedido de captura del tribunal federal local por un delito gravísimo del que, cinco años atrás, parecía haber zafado: la presunta trata sexual de una niña cuando tenía 14 años años, dijeron fuentes judiciales.

El 26 de agosto de 2015, Astudillo había sido absuelto porque a los jueces federales Juan Carlos Turcumán, Raúl Fourcade y Carlos Parra, les quedaron dudas de su participación en ese ilícito. Aquel día, la incertidumbre de los magistrados también sirvió para desligar de esa maniobra a otros tres implicados: dos hermanas de la menor y su entonces cuñado.

Sin embargo el tribunal condenó a una de esas hermanas, Yésica Cortese Ortíz (34), a 3 años de cárcel por corromper sexualmente la niña, aunque se le dio por cumplido el castigo y quedó libre. También castigó con 4 años al cuñado de la menor Federico Elías Fernández Santa Lucía (35), por acopio y tenencia ilegal de armas y munición de guerra.

Astudillo y la otra hermana de la presunta víctima quedaron libres, pero el fiscal federal Francisco Maldonado reclamó ante la Cámara Federal de Casación Penal. Y ese tribunal le dio la razón: anuló aquel juicio y ordenó hacer otro con un nuevo tribunal porque, a su entender, pudo existir el delito de trata sexual de la jovencita, indicaron los voceros.

Astudillo fue atrapado días atrás en Río Gallegos por un caso de violencia de género

Aquella vez el fiscal había dicho que respetaba la decisión del tribunal, pero no la compartía. Y razones tenía: al cabo de su alegato, había pedido 15 años de cárcel para Fernández Santa Lucía y también para Cortese Ortiz, a quien le atribuyó además la explotación sexual de otra joven de 21 años (ya fallecida).

Para Astudillo y González, la otra hermana de la menor, Maldonado había pedido 10 años de cárcel.

Tras la anulación del juicio, otra composición del Tribunal Oral Federal local, Daniel Doffo, Eliana Rattá y Alberto Carelli, citaron a los imputados pero solo las mujeres asistieron. Fernández Santa Lucía sigue preso, por aquellos 4 años y por otros 14 que le impuso luego la Justicia provincial por abusar de su pequeño hijastro, cuando tenía 5 años.

Astudillo no se presentó, fue declarado rebelde y ordenaron su captura a nivel nacional.

Ahora el fiscal Maldonado podrá volver a sostener aquella acusación contra los cuatro implicados. Según los voceros judiciales, los jueces Doffo, Rattá y Carelli pretenden realizar el nuevo juicio apenas sea posible.

 

Cómo se descubrió la explotación sexual

 

Había sido la madre de la menor víctima, entonces de 14 años, quien denunció su desaparición en noviembre de 2011. Estaba en Buenos Aires cuando le dijeron que desde el 7 de noviembre no la encontraban por ninguna parte. Las miradas se inclinaron a su propio entorno familiar el 15 de febrero de 2012, cuando la niña apareció "drogada y asustada" en la casa de otra hermana, en Rivadavia. Entonces se comenzó a sospechar de una posible trata sexual, porque la menor aludió haber estado encerrada en una casa del barrio Cabot, haber sido usada en el comercio sexual y refirió también a un supuesto plan para venderla a una organización delictiva de Santa Fe por $10.000. La investigación, con escuchas incluidas, reforzó las sospechas y el 9 de mayo de 2012 varios allanamientos concluyeron con el arresto de los cuatro implicados. Uno de ellos, Fernández Santa Lucía, quedó más complicado porque tenía gran cantidad de armas y proyectiles y, lo peor, imágenes de los abusos sexuales contra su hijastro de 5 años, hechos por los que luego lo condenaron a 14 años de cárcel. Actualmente, el tribunal federal juzga a varios penitenciarios acusados de "torturar" a este sujeto.