Uno de los detenidos por el ataque a la comisaría de San Justo, en el que quedó gravemente herida la sargento Rocío Villareal, apareció muerto en su celda por motivos que se investigan.

 

Tomás Villamil López, de 19 años, estaba preso en la Unidad Penal 3 de San Nicolás y fue hallado con un trozo de sábana atado al cuello. Era parte de la banda que el 30 de abril atacó el destacamento para liberar al capo narco Leandro Aranda.

 

Según declararon a los medios, fuentes del Servicio Penitenciario Bonaerense dijeron López se quitó la vida tras la liberación de que su compañero de celda, mientras que a él le dieron la preventiva: "Fue una muy mala noticia que contrastó con una muy buena, aparentemente se deprimió y se ahorcó".

 

López fue detenido el 9 de mayo por la mañana por la Policía Bonaerense mientras circulaba con su auto por la localidad de La Tablada. En uno de los audios que figuran en la causa, decía antes de la madrugada del hecho que tenía "ganas de fiambrear sobre la marcha".

 

Lo habían localizado mediante un seguimiento en las redes sociales y tras su detención descubrieron que tenía una captura vigente por el crimen de un hombre al que había intentado robarle.