El presidente de Ecuador, Lenín Moreno, impuso ayer el ‘Estado de excepción‘ por 60 días, en una jornada de paros, protestas y bloqueos de caminos por parte de los camioneros contra el aumento de los precios de los combustibles decidido por el Gobierno.
El conflicto social que vive el país detonó tras la liberación del precio de las gasolinas tras eliminar el subsidio o ayuda estatal y el anunció de las reformas laborales y tributarias que presentará al Parlamento, en el marco del acuerdo crediticio que mantiene con el FMI.
El Estado de excepción se conoció después de que las calles de distintas ciudades del país se convirtieran en escenario de enfrentamientos
entre manifestantes y policías, en medio de los bloqueos. En Quito, a las afueras del Palacio de Gobierno, la Policía disparó granadas de gas lacrimógeno contra los manifestantes, en su mayoría estudiantes, trabajadores
y miembros de organizaciones indigenistas que se resisten a aceptar la eliminación de subsidios a los combustibles, lo cual impacta en los precios de venta al público.
Pese a la convulsión, Moreno ratificó la quita de subsidios a los combustibles. ‘Las medidas que anuncié están en firme. No existe posibilidad de cambiarlas, especialmente las relacionadas con un subsidio perverso que hacía demasiado daño al país‘, ratificó el presidente.