El confinamiento se tornó fructífero para los artistas del mundo que, sorprendidos por la pandemia de Covid-19, debieron bajar la persiana y suspender sus proyectos. Obligados a la creación en solitario, como la mayoría, los hacedores locales emplearon su tiempo para trabajar, inspiradas en sus sensaciones y visiones del mundo, a partir del encierro, durante el aislamiento obligatorio y en la fase de distanciamiento social que, actualmente, atraviesa la provincia.
Como representantes de su generación y consultadas por DIARIO DE CUYO, las artistas plásticas Inés Lalanne, Isabel Fernández "Laisa’ e Itatí Peinado; y las escultoras Mirtha Romero y Beatriz García Huertas, reflexionaron sobre de qué manera lograron enfrentarse al proceso artístico en esta circunstancias.
Así, Mirtha Romero puso énfasis en reflejar "el dolor’ y también "en revelar la esperanza’ en las instalaciones que decidió reunir en un emotivo audiovisual que difundió mediante su cuenta de Facebook, con un relato en primera persona.
Ganadora del Concurso Internacional de Escultura 2019 del Museo de Bellas Artes Franklin Rawson, Beatriz García Huertas comenzó a proyectar esculturas urbanas para superar el retraimiento, imaginando un entorno "libre y compartido’, como sostuvo, en plena incubación y construcción.
Por otra parte, Lalanne colocó sus pinceles al servicio de los paisajes, caminos e, incluso, autorretratos resaltando su pensamiento e incertidumbre, en medio del brote.
Y, al igual que ella, Fernández plasmó cielos enormes, además de copar sus bastidores con manchas atravesadas de colores, para simbolizar su mirada del universo; en tanto que Itatí, se brindó a la técnica de trazar diferentes mapas de San Juan, aún en etapa de desarrollo, que fueron parte de la primera muestra virtual virtual que inauguró el Museo Tornambé – Centro de Creación y Museo de Artes Visuales. A excepción del resto, ella manifestó que no se sintió anímicamente afectada por la reclusión.
De esta forma, cada cual a su manera, se propuso dejar testimonio de la situación, la huella en la naturaleza y las emociones, con su impronta, porque en lo que, todas están de acuerdo, es que que ni el encierro ni la crisis se convirtieron en barreras para contener la energía creativa que genera un puente entre el artista, su obra y el espectador. "El arte fue y será el lenguaje del alma’, coincidieron en afirmar.
Mirtha Romero
"Todo lo que vivo y le pasa al mundo me moviliza. Vivo motivada con dolor en el alma o alegrías compartidas. Con la construcción, con los avances científicos y tecnológicos, y con la destrucción desmedida del hombre", apuntó la hacedora que, bajo esa temática, elaboró Clamor de la tierra, emplazada en Anchipurac, anticipándose "al estallido de la Tierra". Porque el arte es para ella una necesidad vital, utilizando materiales como el hierro, el acrílico rojo, el aluminio y el cobre, se puso manos a la obra en su taller para expresar en sus esculturas "el dolor que siento", aunque, "en todas, se revela una esperanza". "Las formas abiertas nos llevan por caminos que aún desconocemos. Mi fe me impulsa a crear y despegar en un vuelo que me devuelve el aliento", destacó la reconocida artista.
Beatriz García Huertas
Apasionada por las grandes estructuras, afronta este periodo proyectando esculturas urbanas que le hacen "sobrevolar" el encierro. Y empezó una serie de dibujos para volcar "los sentimientos y las emociones que me produce esta triste realidad", reflexionó. Así, se desempeña en el armado de Gotas de rocío, de la serie Gota del desierto instalada en el Centro Ambiental Anchipurac, "pensada para ser recorrida y poder apreciar, desde su interior reflejante, el paisaje exterior", construida con latas de bebidas.
Y trabaja en otros 3 proyectos pertenecientes a la serie Caleidoscopio, obra que será emplazada en el frente del Museo Franklin Rawson, estos "responden a un juego de planos triangulares" permitiendo la interacción con el entorno que "se refleja, fracciona y repite"
Inés Lalanne
"En este confinamiento, reflejé mi mirada de la sociedad y de mí misma", explicó la artista que planea una muestra a la que denominará Meditaciones, con imágenes en referencia a la violencia social en Argentina y diferentes ciudades del mundo, la misma se extenderá a la manera que la pandemia modificó su "forma de ver las cosas, inclusive los paisajes".
De esta forma, en sus óleos fue plasmando cielos amenazantes y caminos bloqueados "invadidos por una sensación de peligro, aunque no sólo por Covid-19", como añadió; pintó obras autorreferenciales, sobre "el sentirse encerrada, transformada por la idea y el peso del Covid sobre la cabeza, en lugar de la espada de Damocles"; o bien, sosteniéndose la cabeza en señal de reflexión.
Isabel Fernández Laisa
Esta pintora coloreó el paisaje desde la puerta de su hogar, "por una necesidad de relajación" para transportarse a la naturaleza.
"Acepte el aislamiento, al principio, como una medida coherente. Y fue muy en serio. Considero que es para un cambio de actitudes y conductas de la sociedad y en cada uno. La naturaleza nos fue diciendo y enseñando nuestros errores", manifestó la hacedora.
Además, como otra manera de expresar su mirada de la realidad, Isabel se concentró en una serie de pinturas abstractas, con una colección de manchas atravesadas por colores para simbolizar el "mundo envuelto en el dolor con la naturaleza salvándolo", expresó acerca de su mensaje.
Itatí Peinado
"La creación en las Artes Visuales fue una constante a través de los años y la cartografía posee un dinamismo espacial que remite a la experiencia de cada persona que transita la trama reticulada, operación de administración del espacio", contempló la docente jubilada e investigadora de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes de la UNSJ, quien subrayó que el periodo de cuarentena no afectó su cotidianeidad de leer, pintar e investigar sobre genealogía.
Es así que, como resultado de su quehacer, Itatí trabaja en una serie de obras en ejecución, con óleo y tinta sobre bastidor entelado, con la vista anclada en la ciudad sanjuanina, con la técnica que incorporó a sus trabajos, como una construcción geométrica, para transitar tiempos y espacios.