El sábado 17 de agosto de 1850, a las tres de la tarde falleció en Grande Rue 105, Boulogne Sur Mer, a la edad de 72 años uno de los héroes de la independencia americana, el general Don José de San Martín. En el curso de su larga carrera, no hizo la menor concesión de sus principios. La libertad política no era posible, y la dignidad humana no podía ser salvada sino con el mantenimiento inflexible del orden.
Llegada a Europa las primeras noticias de la insurrección, no dudo en regresar a su patria, aportando la conducción militar a las naciones que querían ser libre de España. San Martín era un soldado de carrera que se había formado en Europa, y todos sus conocimientos serían volcados para independizar estas tierras.
La gesta Sanmartiniana es la causa de América, y así lo demuestra su activa dedicación y protagonismo para que en Tucumán se declare la Independencia, una de las mayores preocupaciones de su campaña: "solo libraré la guerra de un Estado declarado independiente" manifestó, y a nosotros los sanjuaninos nos toca el orgullo de decir que enviamos dos destacados diputados Fray Justo Santa María de Oro, fraile dominico impregnado de ideas republicanas y aquél por el cual tanto insistió San Martín, fue justamente el presidente del Congreso Independentista, el Dr. Francisco Narciso Laprida.
Libra los combates de Chacabuco, Cancha Rayada y Maipú y luego arriba a la capital de Virreinato más poderoso de América, el Perú donde desembarcó en 1820. Diría San Martín tiempo después en el Perú "América es libre gracias a Cuyo".
Sobre la batalla de Maipú que este año se han cumplido 200 años, recuerda Mitre que fue la más reñida de la guerra sudamericana, donde se cuentan por miles entre muertos y heridos, Ricardo Rojas, dice que sin ella no hubiese existido Boyacá ni Ayacucho. Finalmente Bolívar atribuyó a esa batalla una decisiva importancia continental, llegando a escribir "El día de América ha llegado".
Luego de la entrevista de Guayaquil no pudo San Martín lograr el apoyo que necesitaba de Bolívar, razón por demás suficiente para regresar a su Patria, no sin antes escribirle al Libertador del Norte, que le dejaba todas sus tropas con sus jefes, oficiales, suboficiales y soldados y la gloria del campo de batalla.
Sarmiento, sobre aquél acontecimiento dijo: Esa retirada es la última manifestación de las virtudes heroicas que brillaron en la aurora de la revolución de la independencia americana, es así que se juzga por los hombres más inteligentes como el gran sacrificio que ha hecho por su país.
El 10 de febrero de 1824 parte con su pequeña hija Mercedes con destino a Europa, esperando regresar prontamente. El retorno recién se produjo a principios de 1829 pero desgraciadamente tuvo noticias del fusilamiento del Coronel Manuel Dorrego por parte del General Juan Lavalle. Al llegar a Buenos Aires se mantuvo a bordo de la nave Countess of Chichester y decidió por tales acontecimientos no desembarcar. El 17 de abril se marchó hacia Montevideo de donde, un par de meses después, se dirigió a Bruselas en donde estuvo hasta 1830. Luego con su hija se instalaría en Francia.
Residió desde 1834 hasta 1848 en París y en Grand Bourg, donde recibió la visita de Alberdi y Sarmiento. Luego, a raíz de las revueltas en París, se trasladó a Boulogne-Sur-Mer.
Después de 30 años sus restos mortales embalsamados y colocados en un cuádruple ataúd, llegaron a Buenos Aires, donde descansan en la Catedral Metropolitana.
En la historia de la independencia americana, el representa el orden, la ética, la moral y los valores más altos que tanto necesitamos en nuestros tiempos.
Hoy, a las 14, nos reunimos en el monumento ecuestre del Parque de Mayo para rendirle homenaje.
Por el Dr. Miguel Ángel Licciardi
Presidente Asociación Cultural Sanmartiniana. Académico del Inst. Nac. Sanmartiniano.