Irma Calívar (37) fue detenida ayer por la tarde en el marco de la investigación por el crimen del jubilado Carlos Luis Arena (75), cuyo cadáver fue hallado en un terreno baldío de Chimbas, detrás del Barrio Los Tamarindos.
La mujer fue aprehendida por policías de la sección Homicidios cuando llegaba a su casa del Barrio San Francisco, situado en otro punto del departamento chimbero.
Sobre Calívar pesan al menos 6 acusaciones por haber actuado bajo la modalidad "viuda negra". Se trata de mujeres que rondan los bancos u otros espacios, entran en conversación con sus víctimas (en su mayoría ancianos) y en algún momento con alguna sustancia o fármaco los drogan o vulneran para poder robarles la jubilación u otras pertenencias de valor.
La mujer anteriormente ya había caído. Fue el 23 de octubre de 2018, cuando una de sus víctimas la vio en su zona de operaciones (inmediaciones del Centro Cívico) la persiguió, le avisó a la policía y así la atraparon con mucha prueba, como los fármacos que usaba, los recibos de sueldo y hasta un anillo que robó junto con otras cosas a uno de esos jubilados.
¿Cómo era su modus operandi? Según la acusación, había poco de azar, bastante de planificación y un ineludible toque de audacia en cada golpe. Se metía a la sede del Banco San Juan de calle Las Heras y simulaba esperar también como cualquier otro para el cobro, mientras entraba en conversación con los incautos y así accedía a información clave. El ataque ocurría a la salida, pues la mayoría de sus víctimas no dudaba en aceptarle el café que les proponía en un local cercano, luego de una tediosa espera. Y ahí caían, porque a pesar de encontrarlo feo, raro o demasiado dulce, lo probaban, e instantes después se desplomaban en la calle. Cuando despertaban (horas después algunos, hubo un anciano que pasó 8 días internado) descubrían que esa mujer había urdido una sutil trampa para poder robarles la jubilación.
Eso consideró probado aquella vez el entonces juez Alberto Benito Ortiz, cuando a principios del año pasado procesó con prisión preventiva a la sospechosa, por los 6 robos cometidos entre el 24 de julio y el 12 de octubre del año anterior.
Las víctimas
> 24-07-2018. Ese día el jubilado José Bernabé Agüero se acercó a ella en el banco para ofrecerle una rifa del hospital Rawson. Ella le ofreció un café y le robó los $9.400 que cobró.
> 27-07-2018. Sustrajo $8.000 a Laudino Oreste Oropel con mismo modus operandi.
> 18-09-2018. Esteban Felipe Gómez fue el único que no fue drogado. Ella se presentó en su casa de Concepción, lo acompañó hasta el banco, en la parada del micro le robó $8.368 y huyó.
> 27-09-2018. Drogó con un café a Alberto Belisario Jofré y le sustrajo $27.000 que sacó del banco Columbia.
> 12-10-2018. Le quitó $6.345 a Pedro Celestino Brizuela.
> 17-10-2018. Robó $8.378 a Dino Petrini. Antes había ido a su casa y le robó un celular.
El crimen
El cuerpo de Carlos Luis Arena (75) apareció en un terreno baldío cercano al cruce de Santa Cruz y Maradona, detrás del Barrio Los Tamarindos. Fue encontrado cerca de las 9.30 del domingo por una vecina que había sacado a pasear a sus perros. La mujer relató que el cadáver estaba boca abajo y que a simple vista presentaba signos de violencia: le faltaba parte de una mano, de una oreja y tenía marcas de golpes en la cabeza. Además, estaba en avanzado estado de descomposición. Los investigadores presumen que el cadáver fue plantado en ese lugar, es decir, que a Arena lo mataron en otro lado y que lo llevaron a ese lugar en horas de la madrugada de ayer, pues los vecinos indicaron que hasta la noche del sábado allí no habían visto nada.
Arena tenía domicilio en el 4.283 (E) de Avenida Libertador, en la Villa Don Arturo, Santa Lucía. La última vez que tuvo contacto con su familia fue en la mañana del miércoles pasado, cuando le pidió a su segundo hijo, Ricardo (45), que lo acercara hasta la sucursal del Banco San Juan de calle Las Heras, en Capital. A eso de las 8.30 Ricardo lo dejó en ese lugar y partió. Según los registros, el jubilado cumplió con el trámite y al salir las cámaras captaron cuando caminó por Las Heras hacia el Sur y enfiló al Este por 25 de Mayo. Una versión señala que Arena regresó a la Villa Don Arturo. Fue un almacenero el que dijo a la Policía que sobre las 10 de ese día le vendió cigarros y caramelos. Sin embargo, a su casa nunca llegó.
Preocupados porque no regresaba, ese mismo miércoles los hijos del jubilado dieron aviso a la Policía y se inició en la seccional 4ta una causa para dar con su paradero. En los días siguientes, los pesquisas hasta con perros entrenados recorrieron la villa y los alrededores, pero los resultados fueron negativos.
La hipótesis de una posible "viuda negra" siempre estuvo rondando entre los investigadores, más aún cuando al ver los registros de las cámaras advirtieron que una dama se le había arrimado a Arena.
Además de Calívar, fue apresada otra mujer y dos hombres. Todas las detenciones fueron llevadas a cabo en Chimbas.