Simulacro. El juez, el fiscal y el defensor de Flagrancia participaron de una demostración del procedimiento, con un detenido ficticio. Asistieron los cortistas Humberto Medina Palá, Guillermo De Sanctis y Abel Soria Vega.

Las víctimas que sufren un arrebato o un asalto a mano armada no tendrán que esperar dos o tres años para que se juzgue y castigue a los responsables o, en el peor de los casos y como pasa habitualmente, que la causa quede en la nada. Si los delincuentes son atrapados cometiendo el hecho o a los pocos minutos, se les aplicará el procedimiento de Flagrancia, un mecanismo de juicio exprés, ya que en un lapso máximo de 10 días hábiles se dictará sentencia. El Poder Judicial realizó ayer un simulacro del funcionamiento del sistema, el cual estará operativo el 1 de agosto. El cambio es profundo, ya que el procedimiento también apunta a que los sujetos que viven cometiendo delitos reciban condenas y no tengan causas abiertas sin resolución. Es decir, el viejo lema de que los delincuentes entran por una puerta y salen por otra. El ministro de Gobierno, Emilio Baistrocchi, había señalado que hay casos de personas con 38 expedientes sin ninguna sentencia. Y no sólo eso, dado que los fiscales serán los que llevarán adelante la investigación, tendrán lugar en las comisarías y estarán disponibles las 24 horas. Los jueces serán los encargados de dictar sentencia.

 

Personal

12 Es la cantidad de funcionarios de Flagrancia (jueces, fiscales y defensores). También hay 12 fiscales ayudantes, que estarán en las comisarías.

Mario Parisí, supervisor General y uno de los encargados de generar los protocolos, señaló que los casos de Flagrancia son entre el 60 y 65 por ciento de las 1.300 causas que ingresan por turno a un juzgado penal. Una vez que esté en marcha el sistema, el traslado de los detenidos será totalmente distinto al que se ve día a día en Tribunales. Los presos entrarán al edificio del fuero especial por un sector totalmente diferenciado que el resto de los funcionarios judiciales, el público, las víctimas y los testigos.

¿Pero cómo arranca todo? Con la actuación de la Policía y los representantes del Ministerio Público, tarea que fue diseñada y encabezada por el fiscal General de la Corte, Eduardo Quattropani. El fiscal coordinador, Daniel Guillén, explicó que una vez que los uniformados capturan a un sujeto cometiendo un delito, deben comunicarse con los ayudantes fiscales, los que estarán ubicados en ciertas comisarías, pero que cubrirán todas las zonas. Dependiendo de la cercanía o no y de la celeridad que requiera el procedimiento policial, estos pueden ir al lugar del hecho. El detenido es trasladado a la comisaría y el personal, con el asesoramiento fiscal, labra el parte preventivo digital, el cual contiene datos del sospechoso, la víctima, el hecho, pruebas y testigos. Esa acta viaja inmediatamente por vía digital a la oficina de enlace de la Unidad Fiscal en Flagrancia, que solicita una audiencia de juicio a la Oficina de Gestión de Audiencias (OGA). 

Primer paso
En Tribunales aseguran que el fuero de Flagrancia es el primer paso para instalar el sistema acusatorio (la investigación fiscal) en todo el mecanismo penal de la provincia.
 

En 48 horas posteriores a la captura, se realiza la primera audiencia. Esa etapa fue la que la Corte de Justicia organizó para mostrar el funcionamiento a los medios de comunicación. En ese primer paso, el fiscal le hace saber al preso el hecho por el que está acusado y la calificación penal, mientras que el juez decide si se trata de un caso de Flagrancia. Si lo es, le da la oportunidad que declare. También se decide la excarcelación o no del imputado y si el defensor (público o privado) y el fiscal llegan a un acuerdo por un juicio abreviado o una probation (ejecución de tareas comunitarias). Si no hay consenso, se pasa a la segunda audiencia, en la que se producen las pruebas, los descargos y la sentencia.