La decisión del Senado de la Nación de prestar acuerdo para la prórroga de la ley 26.160, por la que están suspendidos los desalojos en las tierras ocupadas por comunidades originarias, hasta tanto se termine el relevamiento catastral, dentro del proceso de regularización de tierras iniciado por el INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indígenas), debería ser aprovechada en todo el país, y en nuestra provincia en particular, para iniciar un programa de inclusión social que comprenda, sin excepción, a todas las poblaciones de zonas alejadas que están en situación de aislamiento y desprotegidas. Esta iniciativa debería apuntar a la necesidad que existe de integrar a la comunidad sanjuanina los pobladores de las zonas más remotas y menos atendidas, mediante acciones que les posibiliten el acceso a atención médica, planes de vacunación y el recientemente lanzado plan de "Mis primeros mil días de vida". También se debe contemplar la educación, facilitando el acceso y traslado de los niños a escuelas albergues, como la de El Encón, en 25 de Mayo, o habilitando aulas satélites, en las que además de los conocimientos básicos se les ofrezcan alguna capacitación laboral o técnica adaptada a la zona en que viven. Tampoco hay que dejar de lado las actividades sociales, culturales y recreativas, promovidas con el objeto de hacer efectivo un acercamiento que conduzca a allanar todas las diferencias que puedan estar afectando la integración.

Todo este proceso debería estar a cargo del Gobierno provincial, a través de los organismos pertinentes, y el apoyo de los municipios a través de sus oficinas de acción social y obras públicas, ya que también es necesario garantizar en cada uno de estos lugares nuevas vías de comunicación. De la misma forma hay que facilitar la regularización de la tenencia de las tierras y de la documentación personal, registrando recién nacidos y actualizando los DNI.

Existen numerosas comunidades aisladas en la zona Sur de nuestra provincia, en inmediaciones de las Lagunas de Guanacache donde la comunidad Huarpe tiene una fuerte presencia. Hay otras comunidades menores en similar situación, en otros departamentos, en los distritos de Baldes de Leyes y Baldes de Rosario, en Valle Fértil; el Chinguillo, en Iglesia o Marayes y Las Liebres en Caucete. Además del sentido de pertenencia hay que trabajar para que esos pobladores mejoren su calidad de vida y que se sientan apoyado por un Estado del que ellos también forman parte.