La Escuela de Fruticultura y Enología, fundada por Sarmiento en 1862 como Quinta Normal, fue parte de la visión del prócer para desarrollar el potencial de su provincia, capacitando a la juventud en especialidades inherentes a la producción agrícola. A su rica trayectoria con centenares de promociones de alumnos formados en las aulas, vivero, viñedos y bodega modelo en un predio que llegó a tener 27 hectáreas, se suma un historial de despojo patrimonial y de capacitación profesional.
Vale recordar que tras el terremoto de 1944 el acceso principal de la escuela alojó a numerosas carpas para albergar a sobrevivientes del sismo, e iniciada la reconstrucción se instaló allí la Casa de Gobierno y otras dependencias como la Guardia de Infantería. En la década del 60 hubo una expropiación para la Av. de Circunvalación y el complejo de la UNSJ.
La seguidilla de atropellos patrimoniales continuaron y algunos se frenaron por la presión de la opinión pública a través de la prensa. No obstante, se construyó en una fracción del predio la sede local del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) y ahora se está levantando la Escuela de Cine.
Ante la absoluta indefensión del establecimiento, la dirección con el apoyo de los padres de los alumnos alertaron sobre otro embate, esta vez sería de la Dirección de Arquitectura para trasladar al Club Inca Huasi del Parque de Mayo al lugar donde se hacen las prácticas de olivicultura.
Como si fuera poco, hay un usurpador particular que construyó en parte del parral de la escuela y alquila un departamento, un taller, lavadero y gomería y ahora intenta reclamar posesión veinteañal.
Por su parte, la cartera educativa se ha comprometido a escriturar todas las propiedades a nombre de la institución, lo que debió hacer hace décadas. Pero también la Escuela de Enología ha sufrido otro despojo, tan importante como el de sus bienes materiales: en 1994 egresó la última promoción de enólogos y la especialidad pasó a la Universidad Católica de Cuyo donde se otorga la licenciatura, con un perfil volcado a puestos gerenciales.
Por eso la comunidad educativa y sectores empresarios reclaman la tecnicatura en Enología, de manera de volver a la esencia del espíritu sarmientino.
Es necesario contar con técnicos que se complementen con los egresados universitarios de manera de trabajar en la industria madre sanjuanina con gran profesionalismo para hacer frente al desarrollo de la vitivinicultura.
