Se sabe: que es un hombre, que midió alrededor de 1,70 y que, por el desgaste de sus piezas dentarias, pudo tener entre 40 y 45 años. No se sabe: cuál fue efectivamente la causa de su muerte ni cómo se llamaba, porque hasta ayer nadie lo reclamaba y no fue posible sacarle huellas dactilares.
Según fuentes judiciales, el médico que analizó el cadáver no halló signos muy evidentes de un ataque con un arma blanca (como cuchillo), balazos o golpes (no detectaron huesos quebrados).
Sin embargo, por el notable deterioro del cuerpo, sobre todo en las partes blandas (básicamente en cuello y abdomen) los investigadores seguían ayer dando crédito a la hipótesis de que fue asesinado en otra parte y luego trasladado hasta el ingreso del viejo camino a Mogna, en Ullum, para ser incinerado.
Lo hallaron el sábado sobre las 21 luego de un llamado anónimo al 911, a unos 900 metros de la ruta 40 en la zona del Villicum. Al otro día, supieron que llevaba al menos 48 horas de fallecido por el putrefacto estado en que lo encontraron.
Por ese paso del tiempo y las lluvias que cayeron en la zona tampoco fue posible encontrar otras huellas en la escena del hecho, que hubieran sido relevantes para esclarecer el caso, dijeron.
‘El gran deterioro del cuerpo principalmente en las partes blandas impidió saber con total certeza si fue o no víctima de un ataque. Por ese hecho y otras evidencias, como el llamado anónimo que alertó sobre el hallazgo, la hipótesis con mayor fuerza es la del homicidio’, dijo un jefe policial.
¿Cómo develar cuál fue la causa de muerte de ese hombre?
Estudios en algunos órganos, tejidos y otras muestras extraídas del cadáver se ordenaron para intentar develar el enigma, precisaron.
Saber quién era parece una situación igual de complicada: hasta ayer nadie lo reclamaba y por eso el estudio de las piezas dentarias sería una posibilidad de identificación, luego de un primer frustrado intento por sacar huellas dactilares. Los pesquisas no descartan también que sea de otra provincia.