Una propuesta realizada por la Federación de Viñateros de San Juan hace dos años, volvió a cobrar impulso la semana pasada y corre con chances de convertirse en una reglamentación obligatoria del Instituto Provincial de Vitivinicultura. Se trata de la posibilidad de que a partir de la vendimia 2019 para elaborar los vinos tintos comunes o genéricos, que mayormente se venden en cajitas, se tendrá que usar un 65 por ciento de variedades tintas. Hoy eso no está normado y es posible encontrar vinos tintos, elaborados con blancos escurridos y ""teñidos" con uvas tintoreras, como las Aspirant y Alicant Bouchet . En la actualidad, por una cuestión de ahorro de costos, es más económico elaborar vinos tintos con variedades de uvas que son más baratas que las tintas. Según la Federación, un industrial puede ahorrar hasta un 30% con esta metodología (ver El negocio…). ""Y así logran reducir el precio de las uvas tintas que le pagan al productor", añadió Garcés.
El tema fue tratado en una reunión técnica del INV en la que participó Eduardo Garcés, presidente de la Federación de Viñateros, y hasta el momento ninguna de las cámaras de bodegueros ha salido a impugnarla, según dijo el propio Garcés. ""Es un avance muy grande, fuimos la única institución que pidió esto hace unos dos años, fundamentalmente por el auge de las tintoreras, y a raíz de eso engañamos al consumidor de vinos en caja que es el de mayor volumen comercializado", dijo el productor. ""Se elabora vino de baja calidad y después no sabemos por qué baja el consumo", se quejó. La propuesta señala que el piso del 65% de variedades se establezca para la elaboración de la próxima vendimia. Luego, a partir del 2022 se irá elevando año tras año, hasta que en el 2030 se alcance el 80 por ciento como mínimo. ""El INV no autorizará la libre circulación de vinos tintos genéricos que no satisfagan los porcentajes mínimos correspondientes a cada una de las elaboraciones mencionadas según corresponda", indicó Garcés.
Entre los argumentos del borrador de la resolución se indica que ""la reputación de los vinos tintos apreciada por el consumidor, está estrechamente relacionada con la materia prima utilizada", por lo cual se sugiere como conveniente ""garantizar una participación mínima de variedades tintas en su elaboración". Agregan que ya en la década de los años 80 los estudios realizados por instituciones de investigación establecieron la necesidad de ofrecer al consumidor vinos con perfiles sensoriales destacados y de calidad, sin defectos de elaboración. También se señala que en la formulación del Plan Estratégico Vitivinícola 2020 se ha detectado como una amenaza la disminución del consumo de vinos básicos y como una oportunidad, que los nuevos consumidores demanden vinos de calidad.
El negocio
Las uvas tintoreras son calificadas así por el altísimo índice de color que poseen. A modo de ejemplo puede señalarse que, para que un vino sea considerado "tinto" debe contar por lo menos con 500 unidades de color. Un Malbec suele tener entre 1.100 y 1.400 unidades de color, pero las Aspirant y la Alicant suelen tener entre 3.000 y 4.000. Según explican en la Federación de Viñateros, con un litro de Aspirant pueden teñirse nueve litros de blancos escurridos y obtener 10 litros de vino tinto. El negocio es muy conveniente para el industrial, porque el precio mayorista es de 72 pesos con la tintorera y de 100 pesos con las variedades tintas.