La policía de Cataluña abatió a tiros ayer al militante islamista que mató a 13 personas con una furgoneta la semana pasada en el centro de Barcelona, poniendo fin a una operación de cinco días de búsqueda del autor del peor ataque que sufre España en más de una década.
La policía informó que siguió a Younes Abouyaaqoub, de 22 años, hasta una zona rural cerca de Barcelona y le disparó después de que mostrara lo que parecía ser un cinturón con explosivos y de gritar ‘Allahu Akbar‘ (Dios es grande). Una brigada de desactivación de explosivos usó un robot para acercarse al cuerpo.
Con su muerte y la confirmación de que el imán Abdelbaki Es Satty, el presunto líder de la célula yihadista responsable de los dos atentados del jueves en Cataluña, falleció en la explosión de la casa de Alcanar, en el sudoeste de Barcelona, que tuvo lugar la noche previa a los ataques de La Rambla y Cambrils, los investigadores dieron por desarticulada la célula yihadista que causó en total 15 muertos.
Younes Abouyaaqoub, de 22 años, considerado el autor material del atentado perpetrado en Barcelona, nació en 1995 en la ciudad marroquí de Mrirt y cuando tenía 4 años se trasladó con su familia a Ripoll, una localidad industrial ubicada al norte de Barcelona y de unos 10.000 habitantes, donde residió el resto de su vida. Allí cursó la educación secundaria y, según vecinos que lo conocían, se relacionaba sobre todo con jóvenes también de origen marroquí.
Tenía cuatro hermanos: uno del mismo padre y el resto de padre y madre. Uno de estos tres era Houssaine, muerto junto a otros cuatro en el tiroteo con la Policía en Cambrils, al sur de Barcelona, horas después del atentado en La Rambla. Su aspecto, que se puede apreciar en las fotografías difundidas ayer oficialmente por la Policía, era el de cualquier joven de su edad. Jugaba al fútbol y acudía asiduamente a la mezquita.