"El misterio está de este lado del espejo. Del otro lado todo existe", las palabras del poeta argentino Roberto Juarroz fueron citadas por Beatriz García Huertas para encabezar la presentación de su propuesta artística ante el jurado. El "Caleidoscopio", será una estructura de acero inoxidable espejado, con características que lo harán interactiva, dinámica, compleja y reflectante a la vez que desafiará al espectador como experiencia visual y real. Este concepto le valió ser el proyecto ganador del Concurso Internacional de Escultura 2019 del Museo de Bellas Artes Franklin Rawson. De un total de 142 postulantes de renombre de diferentes países, la artista sanjuanina fue la gran destacada contando con la aprobación del jurado por votación en mayoría simple y acreedora del premio global de cien mil dólares (son unos cinco millones de pesos al tipo de cambio actual al valor del dólar oficial). El monto está segmentado en 20 mil para el premio, 50 mil para la producción de la obra y 30 mil para el traslado, logística y emplazamiento de la pieza, el espacio destinado será al costado de la explanada del edificio del museo. Al poco tiempo de conocerse el anuncio por parte de las autoridades del museo y del Ministerio de Turismo y Cultura, Beatriz sintió una enorme satisfacción personal y al mismo tiempo de sorpresa y gratitud por las elogiosas devoluciones que tuvo por parte de los jueces: Jorge Macchi, Serge Gangolf, Eduardo Peñafort, Alberto Bastón Díaz, Virginia Agote y Viviana Fernández (por Caleras San Juan S.A.).
"No imaginé este momento. La convocatoria fue exitosa con mucha gente del extranjero, porque participaron escultores de primera línea que mandaron sus proyectos. Sabiendo eso, no pensé que podía ganar. Estoy feliz y sorprendida porque de alguna forma tendré la posibilidad de transmitir lo que para mí es el arte. Tener una escultura urbana en la misma ciudad que San Juan, que hay pocas, es un orgullo", manifestó la artista en diálogo con DIARIO DE CUYO.
La pieza será ensamblada con remaches, cuenta con un material resistente a la oxidación, con inclinaciones en sus planos para que no aniden pájaros y tendrá una alta durabilidad en el tiempo. Además, será resistente a los movimientos sísmicos y a los fuertes vientos. Sus dimensiones son de 7.510 cm x 4.650 cm x 2.000 cm. El peso total de la escultura será de una tonelada aproximadamente.
Resulta así en una síntesis perfecta entre ingeniería, diseño, geometría, física y arte conceptual; calculado, medido y muy estudiado en todos sus detalles. "Creo que el arte une y tiene que ser para todos. Este trabajo es un mosaico reflectante, que al verlo da la sensación de unirnos a la luz, que es la gran actora, es quien conecta con el reflejo del otro. Con esa interacción y esa posibilidad de hacer que el espacio circundante penetre a la escultura y nos haga uno con la naturaleza de alrededor, con el otro observador", definió la artista. A partir del lunes comenzará la organización para la puesta en marcha de la construcción de la escultura, con un plazo de 6 meses para su terminación y posterior instalación.
"El Caleidoscopio" quedará emplazado en la entrada del edificio del Museo de Bellas Artes. Contará con una altura aproximada de siete metros de altura con un peso de una tonelada. El material será de acero inoxidable espejado con formas geométricas triangulares o pirámides truncadas en múltiples direcciones. Será resistente a los sismos y a los fuertes vientos; de simple mantenimiento y con mucha fuerza de atracción visual para los visitantes.
Alberto Bastón Díaz, miembro de la Academia Nacional de Bellas Artes, ocupó el rol de asesor técnico dentro del jurado para el concurso de escultura. El reconocido académico y artista contemporáneo destacó las cualidades técnicas y estéticas de la obra de García Huertas: "Al observar la pieza en relación con el lugar donde será instalada, funcionará como una señal. Cuando alguien camine por la calle, se encontrará con algo sorprendente. La pieza propone intriga y acercamiento, es la primera motivación. Después, se va descubriendo que en cada triángulo, es un caleidoscopio en sí mismo. La artista provoca que la figura de la persona sea reflejada en muchas partes. La geometría es pura con una acción de atrapar al espectador. Lo que más se premia es que el concepto está cerrado, el objetivo de la artista es tan hermético que no falta y no sobra nada.
Todo está tan calculado que la luz se verá desde adentro y desde afuera, hasta la última hora del día y de la noche. Es una obra fantástica".