El 17 de marzo se producía uno de los hechos que generó mayor conmoción entre los sanjuaninos durante el año. Un verdadero milagro, que se pudo concretar gracias a la colaboración de cientos de personas que no descansaron hasta que vieron llegar el ansiado final feliz. Esa tarde, a las 18, un pequeño de sólo 5 años de edad desaparecía de la vista de su madre en medio de una reunión familiar, en El Salado, Albardón.

Allegados dijeron a DIARIO DE CUYO que Benjamín Sánchez se encontraba jugando con unas piedritas cuando su mamá lo llamó. A modo de travesura, el chico comenzó a reir y salió corriendo. Si bien la mujer corrió tras él, logró escaparse. Después lo escucharon llorar y no se supo más de él. Desde ese momento, se desplegó un impresionante operativo policial con personal de Gendarmería, Policía Federal, policía provincial, Protección Civil, el Grupo GERAS y la División de Canes.

Con el correr de las horas, decenas de voluntarios se fueron sumando a la búsqueda. Cualquier pista servía, toda ayuda era importante. Un pequeño de 5 años estaba sólo, sin comida, sin agua, soportando un intenso calor en una zona desértica, sin ningún mayor que pudiera asistirlo. Paralelamente, tanto en la provincia como en el resto del país (debido a que la noticia ya había trascendido los límites de San Juan), comenzaron a multiplicarse las cadenas de oración. Las redes sociales se colmaron de mensajes que esperaban la aparición con vida del chico. Es que no se sabía qué había pasado. Incluso llegó a barajarse la hipótesis de un supuesto secuestro. 

Cientos de personas participaron de la búsqueda.

 

Cuando cayó la noche, la angustia aumentó y las Fuerzas no dejaron de buscar sabiendo que el menor podría estar asustado. Si bien estuvo fresco, los expertos explicaron que no hacía tanto frío como en otras oportunidades, lo que ayudó para que Benjamín no sufriera hipotermia

Fueron 24 horas en las que la desesperación se apoderó de todos, 24 horas en la que los sanjuaninos mostraron su costado más solidario. Un día en el que la familia de Benjamín soportó una angustia imposible de olvidar. Su madre no dejó en ningún momento el lugar, rezando, buscando, repitiendo una y otra vez cómo había sido la última vez que vio a su hijo, en estado de shock. 

Por las condiciones en las que podría encontrarse el nene, las esperanzas de hallarlo con vida se apagaban a medida que las agujas del reloj avanzaban. La gente de ASER con sus motos, el Andino Mercedario, la Federación de Bomberos Voluntarios, Cruz Roja, Bomberos, la Policía de San Juan, el GERAS, Ejército Argentino, Policía Federal Argentina Región Cuyo, una asociación de trekking, baqueanos y decenas de anónimos continuaban rastreando sin descanso. Hasta el "Puchi" Ontiveros se sumó a la búsqueda. 

Hasta que finalmente, el milagro se concretó. A las 16.25 del lunes 19 de marzo se oyó en el handy ubicado en la base del operativo: "Encontramos vivo a Benjamín". Los gritos de alegría, abrazos de alivio y el festejo por el hallazgo del menor por parte de baqueanos se contagiaron entre quienes los que fueron a colaborar con el rastrillaje. Fue un estallido, las lágrimas de emoción se volvieron incontenibles. El niño no tenía lesiones y solamente expresó tener sed.


 

Según las autoridades del operativo, el niño recorrió 21 km desde el lugar donde lo vieron por última vez.  El sol y el calor en Albardón eran intensos, la mayoría tenía sombreros, lentes y se hidrataba permanentemente para no cesar con su voluntad. Por este factor climático es que también se sorprendieron que Benjamín estuviera bien de salud. 

Los enduristas comandados por el "Puchi" Ontiveros y un grupo que hace trekking fueron hasta el lugar y esperaron a que el helicóptero llegara para trasladar a Benjamín pese a que en un primer momento no quiso subir y debieron convencerlo. "Le tenía miedo a semejante cosa", sostuvo en ese momento Gustavo Fariña, secretario de Seguridad de la provincia.

El festejo fue masivo. La alegría repercutió en todo San Juan, tanto que Andrea Quiroga, la mamá de Benjamín, al ingresar al hospital le gritó a la multitud que se había acercado: "Muchas gracias a todos". Walter Gallardo, piloto del helicóptero, dijo que lo notó lúcido y manifestó su asombro de todo lo que vivió y el buen estado de salud que presentaba.

 

Benjamín, al momento de ingresar al hospital.

 

Benjamín permaneció internado en el Hospital Rawson donde incluso recibió la visita del gobernador Uñac. Allí estuvo en observación y en proceso de rehidratación hasta el día siguiente. 

“Mi mamá me estaba persiguiendo y empecé a correr. Al principio la escuchaba, pero después me perdí. Me apoyé en una piedra, la empecé a llamar, pero no me escuchaba”, recordó. Fue entonces cuando se desorientó y extravió: “Caminaba hacia una luz que estaba muy lejos, a donde estaba mi mamá”. Esa caminata se extendió por 21 kilómetros. Tuvo sed, hambre y soportó temperaturas extremas, más de 30 grados en el día a pleno sol y cero grado durante la noche. Benjamín le contó a su mamá que bebió agua de un arroyo, pero que “estaba sucia” y que trató de comer unas “plantitas” que no le gustaron. "Llamaba a mi mamá, pero ella no me escuchaba porque estaba muy lejos. Me dolía la panza cuando estaba durmiendo en el piso", agregó.

En silla de ruedas, por protocolo- y de la mano de su hermana Victoria, el “nene del milagro”  salió del nosocomio entre sonrisas y pura alegría. Como era de esperar, recibió la ovación de los que se encontraban en el lugar. "¿Todos saben que me perdí?", fueron las primeras palabras del nene. 

 

Benjamín, al salir del nosocomio.

 

Después del caos, con los ánimos mucho más calmados y con Benjamín en casa, la familia recibió a DIARIO DE CUYO.  "Desde antes yo decía que Benja necesitaba ayuda, porque se comporta de manera extraña. Le hicieron estudios pero no es autista, ni tiene Asperger", dijo Andrea, la mamá del chico, al tratar de explicar por qué su hijo se escapó. "No responde a los límites. Vamos a tener que volver a la psicóloga. Saber que debe volver a la escuela o que lo tengo que dejar para ir a trabajar me da miedo. Anoche nos acostamos todos en la misma habitación por temor", agregó. 

Una historia cargada de dramatismo, con un gran final feliz.