
El 1 de marzo de 1820 se proclamó la autonomía de San Juan y su separación de la provincia de Cuyo. El proceso autonomista sanjuanino tiene su origen en los albores de su fundación. El historiador, Horacio Videla, dice que una de las causas de ese proceso era la constante rivalidad entre San Juan y Mendoza, y que resultó un factor decisivo, que culminó con la definitiva disgregación de la Provincia de Cuyo. En febrero de 1815 el Cabildo de San Juan envió una comunicación de apoyo al General San Martín destituido de su cargo, por disposición de su enemigo, entonces Director Supremo, General Carlos María de Alvear. El sostenimiento del Libertador tiene su argumento en que su permanencia como Gobernador de Cuyo da tranquilidad a la población sanjuanina ante los graves acontecimientos ocurridos en Chile (Desastre de Rancagua). El Cabildo Sanjuanino estimaba que Perdriel – el gobernador designado -, no tenía la aptitud del destituido para serenar los ánimos de los sanjuaninos ante los rumores de una supuesta invasión goda. Debe quedar en claro que el municipio no tenía una decidida preferencia por San Martín, pero sí una marcada desconfianza del afamado centralismo unitarista de Alvear. En el mes de abril de ese mismo año se produce la sublevación de Fontezuela, encabezada por el General Álvarez Thomas, que echa por tierra el Gobierno de Alvear. En Mendoza, capital de la Gobernación de Cuyo, la noticia de la sublevación fue recibida con efervescencia y apoyada por la población, en forma automática en razón del odio que despertaba el autoritarismo de Alvear y en la consideración de que su derrocamiento aparejaba el afianzamiento de San Martín, persona a quien los mendocinos le habían otorgado toda su confianza en el mando político militar. En San Juan, las cosas, como bien dice Horacio Videla, ocurrieron de manera distinta. Paradójicamente, la contrariedad de Alvear no benefició a San Martín, como en Mendoza, sino que en un primer momento lo perjudicó. La noticia de la sublevación parece que reavivó los ánimos del partido "godo” o "autonomista” (según quien lo mire).
- San Martín perjudicado
Parece extraño, que un levantamiento destinado a beneficiar a San Martín, lo perjudique. Ocurre que la noticia de la sublevación produjo la movilización de los autonomistas, tal vez porque, confiados en el debilitamiento del poder central a raíz de la posibilidades de una confrontación prolongada, decidieron aprovechar ese resquicio para concretizar su ideal de independizar San Juan. El 26 de abril, el grupo rebelde se autoconvoca en el Cabildo, destituye al Gobernador Teniente Coronel Manuel Corvalán, colocado en el cargo a instancias del Libertador, hombre de su confianza y declara a la provincia independiente de la gobernación de Cuyo. Como compensación designa al Dr. Ignacio de la Roza gobernador de la recién nacida provincia, familiarmente arraigado a San Juan. Por unos días San Juan fue autónoma. De la Roza era un hombre descendiente de una distinguida y rica familia, con 26 años de edad se había doctorado en derecho en la Universidad Chilena de San Felipe. En 1814, se reintegra a San Juan, después de estar radicado en Buenos Aires, siendo elegido Alcalde de Primer Voto del Cabildo. Vale preguntarse, si el recién designado era un hombre partidario del autonomismo o por el contrario, de la integración de San Juan a la Gobernación Intendencia. La respuesta no es sencilla, en tanto no existen documentos que lo definan en aquel aspecto al joven abogado. El interrogante se genera, pues es designado por los autonomistas, que acababan de destituir al hombre de confianza de San Martín (Corvalán) y procedían a pronunciarse por la segregación provincial, lo que al parecer demuestra de alguna forma que de la Roza podía ser hombre de confianza de aquellos. Sin embargo, a poco de asumir el joven letrado, se volcó a favor de la integración de Cuyo, lo que provocó la reacción del grupo separatista, quienes se lanzaron nuevamente a la intentona autonomista. Es por esa razón que el nuevo Teniente Gobernador escribió a San Martín para que viniera urgente con sus tropas "para poner en vereda a los díscolos godos". Ya sabemos que los "godos” son los realistas, pero también que estos se confundían con los autonomistas, en tanto que se aprovechaban recíprocamente en su afán de hacer caer el poder de la integración de la Gobernación de Cuyo.
- De la Roza y la unidad
En definitiva, si de la Roza era partidario de la segregación o autonomía provincial, bien pronto se encargó de volcarse a la postura sanmartiniana, de mantener a toda costa la unión de la Gobernación Intendencia de Cuyo y dejar la cuestión federalista para después de consolidar la independencia de la Patria. Este hombre no solo acompañó la integración hasta su fin, en el año 1820, cuando el Coronel Mariano Mendizábal (su cuñado) se subleva el 9 de enero y dos meses después el vecindario de San Juan, reunido en Asamblea, proclama la autonomía; sino que después se trasladó al Perú para seguir al Libertador en su gesta continental, hasta dejar de existir en la antigua Ciudad de los Incas. Siguiendo con la destitución de Corvalán, podemos decir que San Martín había visto aquello con desagrado, pero no quiso detener la reacción federalista y terminó aceptando a de la Roza pero como Teniente Gobernador y bajo la promesa del electo y del Cabildo de respetar la estructura jurídico – política de la intendencia de Cuyo. San Martín expuso su pensamiento en una nota dirigida al Director Supremo el 24 de mayo de 1814, sobre la necesidad de la integración de Cuyo, al partir de Mendoza rumbo a San Juan con motivo de los sucesos en esta última ciudad. La sublevación de Fontezuela se produjo el cinco de abril de 1815 y la renuncia de Alvear, que en una primera instancia proyectó resistir, se produjo el día quince, confirmada el veinte del mismo mes. Los rebeldes autonomistas debiendo conocer primero la noticia de la rebelión confiaron tal vez en una división de largo tiempo entre los bandos en pugna y por eso se animaron a declarar la autonomía de la provincia.
Por Dr. Miguel Angel Licciardi
Presidente AC Sanmartiniana
Académico de Número del Instituto Nacional Sanmartiniano
Este trabajo está en "El Libertador General San Martín y San Juan”, libro del autor.
