Jugando. Para los 4 libros sobre próceres se trabajó con lecturas y documentos, jugando así desde la narrativa con los márgenes del pasado.

 

José de San Martín, Manuel Belgrano, Martín Miguel de Güemes y Juana Azurduy son los cuatro revolucionarios que protagonizan un plan de novelas históricas para niños sobre los recorridos que los llevaron a convertirse en figuras emblemáticas de la independencia de América del Sur, a través de la pluma de Laura Ávila, Fernando Sánchez, Nicolás Schuff y Paula Bombara.

Las novelas, publicadas por la editorial Norma y sugeridas para lectores a partir de los 9 años, coinciden en un registro particular: por un lado, están narradas por escritores, con los márgenes de libertad que la ficción otorga, y por el otro, apuntan a reconstruir la densidad de esos personajes pero corriéndose de la estricta virtuosidad individual que los jalonó como próceres.

Se trata de "El general y la niña", de Laura Ávila, que aborda la figura de San Martín a través de los ojos de su hija, Mercedes; "La pasión como bandera", de Fernando Sánchez, que reconstruye la historia de Belgrano desde la infancia; "Fuegos del norte", de Nicolás Schuff, que sigue los pasos de Güemes; y "La fuerza escondida", de Paula Bombara, que se mete en la piel y las luchas de Azurduy.

Ávila fue asesora histórica del proyecto, en el que se trabajó con lecturas y documentos, jugando así desde la narrativa con los márgenes del pasado.

En palabras de Sánchez, "los acontecimientos clave de la nación no se modifican, pero son mirados desde una perspectiva desacartonada". Sin correrse de los hechos, lo que se permiten son "breves escenas ficcionalizadas que le den cuerpo a los protagonistas y generen identificación por parte del lector".

Por su parte Schuff, quien aceptó la invitación "con espíritu aventurero" para escribir un libro en clave documental, explica que hay "muchas formas de abordar la novela histórica. En la literatura para chicos y chicas se puede decidir narrar los hechos a través de la mirada de un niño o niña".

Schuff trabajó la figura del salteño Miguel de Güemes de manera no tan novelesca: "Es algo más parecido a una breve biografía literaria. No hay personajes inventados. Intenté lograr un relato que combinara información histórica con peripecias y acción, donde la información y los datos duros fueran apareciendo en forma dinámica".

"De adolescente leí muchos libros sin estar segura si eran historia o ficción. Esas lecturas me predispusieron para vivir lo histórico más como un relato que como una ciencia. Entendí que había un rigor histórico. Pero como no soy historiadora, me quedó ese sabor de la aventura de aquellos primeros textos", dijo Ávila.

La escritora Paula Bombara pasó varios meses leyendo bibliografía, cartas. "Viniendo del mundo de las ciencias, me costó desprenderme del rigor histórico. Lo intenté con fuerza y jugué mucho con los modos en que Juana (Azurduy) se maneja con su marido, caudillos y militares".

"Nadie tiene el poder de conocer el contexto social y político tal cual pero en la literatura, con el lenguaje que es nuestra herramienta, podemos dar una dimensión de la intensidad de la vida en cualquier época", dice Bombara.

Schuff piensa que "el género de la novela histórica es un buen modo de despertar la curiosidad por nuestra historia".

De los cuatro, la que más viene trabajando este encuentro de géneros es Ávila, y lo resume muy claro: "Todo es historia, incluso la literatura. Y todo relato histórico tiene las convenciones, los placeres y la cadencia de lo literario". Télam

Precios
 

En el sitio digital de la cadena de librerías Cúspide aparece el libro "El general y la niña" con un valor de 285 pesos. La novelista, guionista y realizadora cinematográfica Laura Ávila reconstruye la figura del general José de San Martín a través de los ojos de su hija Mercedes, durante el exilio que comparten.