Aún cuando resta saber que ocurrirá esta tarde en el choque entre River y Unión, que se disputará en Santa Fe, Boca festejó anoche la victoria por 2 a 0 ante Atlético Tucumán porque le permitió alcanzar en la cima a sus máximos rivales.
No fue sencillo para los Xeneizes superar al ordenado y duro equipo tucumano. Lo resolvió con su poder de gol, aun cuando en el juego no lograba -en el primer tiempo- marcar un predominio que avalara la mínima diferencia en el marcador, conseguida por intermedio de Soldano, cuando captó un rebote que dio Luchetti tras un remate, casi a quemarropa, de Salvio.
En esa primera etapa Atlético Tucumán no se amilanó y le jugó de igual a igual al poderoso equipo local que mostró algunas falencias defensivas y sufrió bastante esa primera mitad.
En el segundo tiempo Miguel Ángel Russo ajustó algunas clavijas y Boca salió con una actitud más dominante. Salvio y Tévez asumieron la responsabilidad de encabezar los ataques. Buffarini por el lateral derecho y Villa lanzado en velocidad por los dos frentes, generaron más opciones. Sin embargo, la presión alta lo expuso a algunos contraataques del equipo tucumano, que no perdía en La Bombonera desde 1981.
Opciones tuvieron los dos, siendo las más claras las de Boca, que llegó con mayor insistencia sobre el área adversaria. A medida que pasaban los minutos los tucumanos sintieron el cansancio y cedieron en la presión. Su tarea defensiva perdió consistencia y dividir más la pelota los obligó a defenderse más.
Sobre el final, con los visitantes volcados en la búsqueda de algún pelotazo salvador, llegó la contra y el penal que Lucchetti le hizo a Ábila, quien convirtió en el quinto minuto del alargue.